El pasado 16 de febrero, la plaza de toros de Sanlúcar de Barrameda volvió a demostrar que la tauromaquia también es una herramienta de solidaridad. El festival taurino celebrado en el coso del Pino con fines benéficos ha logrado recaudar 42.000 euros, que irán destinados íntegramente a apoyar la investigación del síndrome de Dandy Walker, una rara enfermedad neurológica causada por la mutación del gen RAC1.

La causa tenía nombre propio: Manuel, el pequeño sobrino del banderillero Juan Sierra, impulsor del festival. En un emotivo comunicado, Sierra ha querido agradecer públicamente “a todos los participantes en el festival, y a quienes de una u otra forma colaboraron con esta noble causa”. El torero subraya que “una vez más, el mundo del toro ha demostrado su compromiso con quienes más lo necesitan”, y se muestra esperanzado en que los fondos “puedan servir para avanzar en el conocimiento, diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad”.

El cartel reunió a algunas de las figuras más queridas y destacadas del escalafón: Enrique Ponce, José María Manzanares, Borja Jiménez, Pablo Aguado y Germán Vidal “El Melli”, junto a los novilleros Aarón Palacio y Martín Morilla. Se lidiaron reses de ganaderías de prestigio: Fermín Bohórquez, Álvaro Núñez, La Palmosilla, Ave María, Virgen María, Fuente Ymbro y Luis González.

Más allá del resultado artístico, el verdadero triunfo fue colectivo. Una tarde en la que toreros, ganaderos, aficionados y ciudadanos se unieron para dar visibilidad a una enfermedad poco conocida y para aportar, desde lo que cada uno sabe hacer, una ayuda concreta, necesaria y valiosa.

El festival ha sido un éxito de público y de recaudación, pero sobre todo un ejemplo. Porque cuando la tauromaquia se pone al servicio de causas humanas, no hay debate: la solidaridad también viste de luces.