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Otoño

Espantosa cogida de Galván por un Victorino en Las Ventas (fotos y parte médico) y explosiva faena de Román

Ya le había avisado y le cogió de fea manera; ha quedado inconsciente sobre la arena; Román ha cortado un importante trofeo al tercero

Séptimo festejo de la Feria de Otoño en la plaza de toros de Las Ventas FERNANDO VILLAREFE

El Victorino apenas tardó unos minutos en dejarnos en shock, la plaza en silencio, porque la cogida fue de las previsibles, pero también de las feas. Lo veíamos venir. Claro. Y él. David Galván, que lo sufrió en sus carnes, pero es que ser torero es otra película. Es dar el paso al frente y asumir riesgos cuando la mayoría de los mortales daríamos el paso atrás. Él se empeñó en darlo hacia adelante y el victorino era demasiado rápido y demasiado listo. Y además de todo esto no perdonó cuando le hizo presa con una violencia tremenda. De la arena lo levantó por la espalda, el pecho, lugares que asustan, arterias vitales y ahí se quedó ya inerte. Se lo llevaron rápido a la enfermería con la esperanza de que Máximo ponga en orden aquello y con fe. Lo que queda en estos momentos. Román salió a matar al toro, que era un trago. Y se corrió turno. De ahí que Ginés Marín toreará al segundo. Supo usar los vuelos del capote y sacarle buenos lances, que a esto de Victorino roza lo milagroso. Como los pares que le sopló Iván García. Qué extraordinario peón es. Después el animal repartió sus embestidas entre la incertidumbre y la falta de fuerza. Ginés, que es buen torero, aprovechó con los vuelos lo que tenía, que ya era mucho.

Nos reponíamos del impacto de Galván y de esas imágenes tan tétricas que parecía que el pitón se hundía en las costillas del torero, cuando Román nos devolvía a la otra cara de la tauromaquia. Qué entrega y qué verdad. La de Román y la de un toro que no lo regaló, pero fue importante. Lo tragó, porque cada muletazo era desafiar al destino sin saber si detrás de él te esperaba la gloria o la misma puerta de la enfermería. Ese toro viajaba detrás del engaño con una profundidad tremenda, serio, huraño, con todo, examinando y exigiendo. Y entonces, todo lo que pasó fue tremendamente importante. De principio a fin. El remate de faena, a dos manos, qué torero Román. Y la estocada, punto abajo, colapsó en una oreja que era un orejón.

Con el cuarto se esmeró Ginés para intentar cogerle el aire. Peligroso por el izquierdo y de poca transmisión por el diestro, donde dejaba estar con más tranquilidad sin acabar de transmitir el esfuerzo. La cosa acabó liviana, como la espada.

La gran suerte de la tarde fue el parte médico de Galván que arrojaba un traumatismo craneoencefálico con pérdida de conocimiento y un puntazo corrido en el hemitórax izquierdo. Era trasladado al hospital y el pronóstico reservado. Un milagro con lo que habíamos vivido en la plaza.

Román tenía la puerta a medio abrir e hizo otro esfuerzo con un quinto que exigió mucho. Aquel victorino embestía con todo y a la tercera arrancada sabía lo que se dejaba atrás con violencia. Una emocionante verdad y entrega puso el valenciano en todo momento. Brutal estar dispuesto a ese compromiso. Puñetera espada que encontró salida por donde no debía. La ovación supo a poco con el esfuerzo hecho en la plaza.

El orientado sexto dejó pocos huecos abiertos para el lucimiento y más de uno para que la cogida fuera una evidencia. Ginés Marín apostó y quiso hacerle las cosas bien. Como si fuera bueno. Hasta que el toro se puso imposible. El corazón no nos había dejado de bombear. Hoy más.

Ficha del festejo

Las Ventas. Séptima de la Feria de Otoño. Lleno. Toros de Victorino Martín, El 1º, peligroso; 2º, sin fuerza e incierto; 3º, gran toro; 4º, complicado y sin fuerza; 5º, muy exigente; 6º, muy orientado.

David Galván, de habano y oro, cogido.

Román, de azul eléctrico y oro, pinchazo, estocada, descabello (silencio); estocada desprendida (oreja); estocada que hace guardia, descabello (saludos).

Ginés Marín, de malva y azabache, pinchazo, estocada (ovación); pinchazo, estocada baja, aviso (silencio); tres pinchazo, estocada corta (silencio).

Parte médico de Galván: traumatismo craneoencefálico y un puntazo corrido en el hemitórax izquierdo.