Ávila vuelve a colocarse en el mapa de las ferias de categoría con el anuncio de una corrida de toros concurso de ganaderías que se celebrará el próximo sábado 31 de mayo a las 19:00 horas. El festejo marca el regreso de Tauroemoción a la gestión del coso abulense, tras adjudicarse su concesión para los próximos tres años, y lo hace con un cartel que conjuga figuras consolidadas, promesas emergentes y un variado abanico ganadero.

Morante de la Puebla, referente absoluto del arte y la personalidad en el toreo contemporáneo, encabeza un cartel que completa Emilio de Justo, valor seguro en cualquier plaza, y el joven Sergio Rodríguez, torero local que se presenta como una de las promesas más sólidas del escalafón. Para el abulense, la cita tiene un fuerte componente emocional y profesional: medirse en su tierra junto a dos figuras del toreo y ante un encierro tan singular como exigente.

La corrida, bajo el formato de concurso de ganaderías, pondrá en liza reses de seis hierros distintos y de prestigio contrastado: El Capea, Valdellán, Vellosino, José Enrique Fraile de Valdefresno, El Torero y Garcigrande, una selección que garantiza variedad de encastes y posibilidades para el lucimiento, tanto del toro como del torero. El formato, que tiene cada vez más aceptación entre los aficionados, refuerza el valor ganadero del festejo y promete emociones distintas en cada lidia.

Una apuesta por Ávila y su afición

Este festejo es solo el comienzo de la nueva etapa de Tauroemoción en Ávila. La empresa dirigida por Alberto García ha presentado una propuesta que contempla no solo un festejo mayor cada temporada, sino también otras actividades taurinas y culturales que refuercen el vínculo entre la plaza y su entorno. La intención declarada es revitalizar la actividad taurina en la ciudad amurallada, con una gestión profesional, abierta a la afición y sensible a las demandas del público joven y tradicional.

Ávila tendrá el 31 de mayo no solo una corrida: tendrá un acontecimiento. Un cartel de altura, una apuesta ganadera seria y un marco que, si el toro lo permite, puede convertirse en una fecha a señalar en el calendario de la temporada. La afición abulense ya cuenta los días.