
San Isidro
Los titanes Román y San Román infartan Madrid
Román corta un trofeo de mucho peso y el mexicano quitó la respiración con peligrosa y deslucida corrida de Fuente Ymbro

Otra vez se llenó Madrid y con la expectación de ver una señora corrida de toros. Para no interesar la Fiesta, según los datos sesgados del ministro de Cultura, Urtasun, la realidad es apabullante. ¿Pero desde cuándo supone un problema negar una evidencia?
La de Fuente Ymbro iba de boca en boca desde que había aterrizado en los corrales de la plaza. Si era cuestión de asustar se entendía. Así lo comprendimos uno detrás de otro. Otra historia fue la bravura y la entrega.

«Infortunado» fue el ejemplar que abrió plaza de la corrida de la divisa gaditana, que además tenía la misión de pasar a la historia por ser el animal con el que Diego San Román confirmó alternativa en la Monumental de Las Ventas. Casi nada. Había toro por todos los lados. Cuajado, musculado, muy serio, con alzada, un toro muy de Madrid. Tan de Madrid que el animal después tuvo la mansedumbre por bandera y apenas pasamos la escenografía de confirmar doctorado y que San Román se fuera a los medios con un pase cambiado por la espalda y el toro mirara a tablas con devoción. Acabó en ellas cuando sonó un aviso y el mexicano se perfilaba para matar. No había tenido muchas opciones más que las ganas de querer justificarse. Era su momento, acuérdense.
Quizá por eso se jugó con la vida con un sexto, que le quiso quitar la cabeza en el primer tramo de la faena con una violencia tremenda. No renunció en los mismos medios, con un valor sin aspavientos pero de escalofrío, a tragar lo indecible hasta meter al toro en la muleta. Mérito muy a tener en cuenta. ¡Qué viva México! (Pero que nos dejen el oxígeno cerca).
Lote de Curro Díaz
El segundo mostró su falta de fuerza desde el principio a lo que sumó escasez de raza. Curro Díaz, su matador, salvó de la quema una trinchera al comienzo de todo en una faena huérfana de lucimiento. El cuarto se llevó todos los «honores» de la ovación de salida. ¡Lo que le cabía a ese toro en los pitones! (Ese te roba el sueño y la respiración) Qué barbaridad. Enorme. Gigantón. Abierto de pitones que parecían llegar hasta el cielo. Cómo sería cruzar después por ahí. Llegaría, pero antes el toro no se empleó lo mas mínimo, más bien soltó la amplitud de su cara dentro de su sosería. Jugarte la vida para nada. Pues eso era. Curro Díaz se fue largo para lo que tenía. No había nada. Pasar el trago ya era suficiente.
Espectacular el tercero, tocado de pitones, que no llegaba a los 550 kilos, pero muy serio y derrotón después en la muleta de Román, que le quiso hacer una faena muy de Madrid basada en las distancias. El toro era corretón y con ese punto de protestar en el engaño y dio la sensación de que la faena fue a la carrera y sin acabar de definirse.
Similar estructura tomó la del quinto, aprovechando la distancia en un acto de generosidad de Román, porque el toro iba de lejos, pero también se lo tenía guardado, y se iba metiendo por dentro. Crujió Madrid cuando logró ralentizarlo por abajo en una tanda cumbre y en otra lo devoró hasta cogerlo. Regresó para dar la cara y expuso hasta el infarto en unas bernadinas en la distancia que fueron una puñetera locura. La espada, que este San Isidro, está robando el alma, le quitó a Román el final feliz de primeras, de un esfuerzo descomunal. Pero paseó el trofeo, que tenía su peso. Aquello había costado. Y Román es un torero honesto, que salvó su tarde, y al toro de Fuente Ymbro. Como lo haría San Román después.
Ficha del festejo
Las Ventas (Madrid). 15ª. Se lidiaron toros de Fuente Ymbro. El 1º, manso y rajado; 2º, desrazado; 3º, corretón y pegajoso; 4º, manso y a la defensiva; 5º, duro, encastado, repetidor y con genio; 6º, con genio y peligro. Lleno.
Curro Díaz, de de rosa y oro, estocada caída (silencio); pinchazo, estocada baja (silencio).
Román, de grana y oro, tres pinchazos, aviso, estocada (silencio); pinchazo, estocada (oreja).
Diego San Román, que confirma alternativa, de lila y oro, estocada (saludos); estocada, aviso (saludos).
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