
Monumento
El "Toro de España" vuelve a escena: ahora en la Casa de Campo
La propuesta fue descartada por el Ayuntamiento, pero la Comunidad de Madrid podría darle una segunda vida en un espacio emblemático para los aficionados

Madrid podría estar a punto de recuperar uno de los proyectos taurinos más ambiciosos de los últimos años: el “Toro de España”. Después de que el Ayuntamiento le cerrara la puerta en 2023, el monumento dedicado al toro bravo —impulsado por la Academia Española de Tauromaquia— vuelve a tomar fuerza, esta vez con un nuevo escenario sobre la mesa: la Venta del Batán.
La iniciativa ha sido presentada al concurso de ideas convocado por la Comunidad de Madrid, con el objetivo de rehabilitar y dar nuevo uso a este espacio histórico dentro de la Casa de Campo. El plan ahora depende exclusivamente del Centro de Asuntos Taurinos, que gestiona el Batán tras la mutación demanial aprobada en julio, por la cual el Ayuntamiento transfirió la titularidad del recinto.
El giro en la historia viene precedido por un desencuentro institucional. El año pasado, el Ayuntamiento de Madrid prefirió apostar por instalar una noria gigante en el Parque Tierno Galván, en lugar de considerar la escultura taurina. Aquel movimiento dejó en pausa la idea de rendir homenaje al toro bravo con un monumento de gran envergadura. Pero ahora, con el control total del espacio, la Comunidad tiene el tablero despejado para decidir con autonomía.
La Venta del Batán es mucho más que un espacio urbano. Son casi 70 hectáreas cargadas de memoria taurina, entre el Parque de Atracciones y el Zoo. Allí se encuentra la Escuela de Tauromaquia José Cubero “Yiyo”, una plaza portátil y los corrales donde el público puede ver las reses que se lidiarán en Las Ventas. Colocar allí el “Toro de España” no sería una simple instalación artística, sino un mensaje directo: el toro sigue teniendo presencia en el paisaje cultural de la capital.
Este concurso de ideas ofrece una oportunidad clara para revitalizar un entorno que ha ido perdiendo protagonismo, pero que conserva un potencial único. La Comunidad de Madrid sabe que no puede permitirse un uso simbólico sin retorno: la inversión pública deberá traducirse en impacto cultural, afluencia y actividad. El Batán podría convertirse en una referencia de la expresión cultural taurina del siglo XXI, si se gestiona con visión y valentía.
Queda por ver si el proyecto del “Toro de España” logra ahora lo que no consiguió antes: un espacio físico donde asentarse. Lo que está claro es que la batalla por el relato del toro en la ciudad sigue abierta. Y en ese relato, el Batánpuede jugar un papel tan inesperado como decisivo.
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