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Una «Guerrilla» en tiempos de paz

La compañía Conde de Torrefiel presenta en los Teatros del Canal una mezcla de teatro documental y decibelios para despertar conciencias

Una parte del espectáculo consiste de una clase de Thai-chi / Foto: Titanne Bregentzer
Una parte del espectáculo consiste de una clase de Thai-chi / Foto: Titanne Bregentzerlarazon

La compañía Conde de Torrefiel presenta en los Teatros del Canal una mezcla de teatro documental y decibelios para despertar conciencias.

«Como compañía, solo viajamos los técnicos, los actores son de cada ciudad donde actuamos y según el teatro hacemos la pieza, es éste el que convoca a los participantes», así explica Pablo Gisbert la forma de trabajar de El Conde de Torrefiel. «Desde la primera que la hicimos contratamos bailarinas, músicos o “performers” allá donde vamos». Después de casi tres años recorriendo Europa, llegan a los Teatros del Canal con «Guerrilla», del propio Gisbert y Tanya Beyeler, responsables de la dramaturgia y puesta en escena. «La pieza es una lectura de una hora y media sin narrador, el público va leyendo las vidas de los personajes», comenta. El espectáculo se compone de tres partes: una conferencia, una clase de Thai-chi y una sesión de música electrónica. Los participantes bailan, hablan y escuchan. El texto proyectado es el hilo conductor que, a través de la historia narrada, detalla los pensamientos, deseos y memorias de estos seres diluidos en la multitud.

«La pieza tiene dos partes, una documental y otra de ficción –explica Gisbert–. En la primera, entrevistamos a personas y hablamos de los conflictos bélicos que han vivido ellos o sus familias. Son gente de entre 20 y 40 años y según la ciudad cuentan un tipo de historias u otras: Alemania, Bosnia y España aportan vivencias bélicas diferentes. La segunda parte –continúa Gisbert– es una ficción, el invento de una posible guerra situada 5 años después en la que estos mismos personajes, que vivieron un conflicto en el pasado, se enfrentan a otro en un futuro, reviven esa misma situación de guerra en su imaginación, pero en 2023». Sin embargo, aclara el autor, «la pieza no va de la guerra, ni es política, es solamente el marco. Es una obra poética que habla de relaciones de familias, de amor, de amistad en momentos bélicos, independientemente de que sean de un bando o de otro».

En principio no hay conflicto en escena, la verdadera guerrilla se produce en la cabeza. «Esa es una de las ideas –aclara el dramaturgo–, en la Europa actual no existe ninguna batalla, pero hay una guerrilla de ideologías, de imágenes, de conceptos, de símbolos, de banderas, que está actuando en las cabezas». Y para mostrarlo mezclan todo, «imágenes, música, videos, texto, vidas, recuerdos, ideas...hasta producir un colapso final», concluye.