Caso Weinstein

Weinstein ya tiene quien le escriba

David Mame dedicará una obra de teatro a Harvey Weinstein, el productor de Hollywood acusado de acoso y agresión sexual por decenas de actrices

David Mamet volverá a los escenarios con una obra basada en el productor de cine más controvertido
David Mamet volverá a los escenarios con una obra basada en el productor de cine más controvertidolarazon

David Mame dedicará una obra de teatro a Harvey Weinstein, el productor de Hollywood acusado de acoso y agresión sexual por decenas de actrices.

David Mamet, uno de los dramaturgos y escritores fundamentales de las últimas décadas, tiene dos nuevas obras. Una novela y una obra de teatro. La novela está dedicada a su ciudad, Chicago, años treinta. Viene repleta de gánsteres y rubias bomba y turbulentos tugurios. Cómo no, si tal y cómo él mismo explica a Rick Kogan, del «Chicago Tribune», «He pensado en cómo debería terminar mi vida. Son las 4 en punto de la mañana. Estoy bebiendo bourbon, fumando Camels y tocando el piano en un prostíbulo de Chicago. Eso sería el cielo». Ahí, adelanta Kogan, leeremos diálogos marca de la casa este:

–La pregunta –dijo Mike– es qué es el mal.

–Bueno, eso lo decide –respondió Doyle– el tipo que tenga la pistola.

Pero es la obra de teatro la que removerá las tripas de un panorama mediático e ideológico cada día más puritano y represor y oscurantista y pacato. Nada menos que dedicada a Harvey Weinstein, el productor de Hollywood acusado de acoso y agresión sexual por decenas de actrices. La mención a la obra llega de pasada. Casi sin querer. Apenas un apunte durante su charla con Kogan: «Estaba hablando con mi productor de Broadway y me dijo: “¿Por qué no escribes una obra sobre Harvey Weinstein?”. Y así lo hice». Dinamita, sí, pues hablamos de un escritor que piensa y habla como si no existieran los cánones del pensamiento homologado por los druidas de la corrección. A propósito de esta, en su libro «Theatre», de 2010, ya alertaba que su «monstruosidad (hombre malo / mujer buena, heterosexual malo / gay bueno, blanco malo / negro bueno), se ve fácilmente apenas cambiamos el orden de los términos». Y esto otro: «Los autoproclamados campeones del pensamiento correcto solo pueden funcionar en un ambiente controlado por el Estado (o su simulacro, la corrección política), pues de lo contrario una audiencia capaz de elegir se reiría de ellos...». Al cabo, dirá, las preguntas mutaban únicamente de forma epidérmica, del ¿qué puede hacer el arte por el Estado? al ¿qué puede hacer el arte por la humanidad?, pero al fin permanece el tuétano entre autoritario y ridículo. Pues nadie, hasta la fecha, «ha sido capaz de averiguar cómo ayudar a la humanidad». Excepto los tiranos y sus escribas sentados, claro. Esos contra los que un Mamet valiente incapaz de plegarse a las modas dispara siempre con bala. Habrá que ver su exploración del monstruo. Su Weinstein. Su profundo viaje al corazón de las tinieblas.