Fútbol
Un Barça de locos empata con el Espanyol (2-2) y se deja atrapar por el Real Madrid
Acaba la primera vuelta y los dos “grandes” están igualados al frente de la tabla
Otra jornada de locos para el Barcelona, que comienza el año como lo acabó: sin las ideas claras, sin claridad en su juego... Y primero en la clasificación, aunque ahora empatado a puntos con el Real Madrid arriba. La primera vuelta ha terminado y los dos «grandes» tienen los mismos puntos, pero si se habla de sensaciones... Era un derbi, pero enfrentaba al primero contra el último, y cualquiera pudo ganar. No hubo tal diferencia a la hora de la verdad. Por eso fue un día para morderse las uñas. Así es este Barça que, sobre todo fuera de casa, no se sabe muy bien por dónde va a salir.
Tan alocado está el equipo que el jugador que parece que puede marcharse ya al Inter en el mercado de invierno fue en un primer momento el salvador. Arturo Vidal entró en la segunda parte y marcó el 1-2, el tanto de la remontada, el que parecía imponer la lógica. Pero a falta de quince minutos un descuido de De Jong le costó la segunda amarilla, y no pudo resistir hasta el final el conjunto azulgrana.
Bien, mal, bien, mal... Así fue el encuentro del Barcelona, a quien no le pudo sentar peor el gol en contra. Tras un comienzo aseado de los de Valverde, con el control de la pelota y buscando los huecos en la trabajada defensa del Espanyol, encajaron en una acción a balón parado y llegó el caos de unos y el crecimiento de otros. El poder de la fe (y del gol) llevó al colista a someter al líder en el último tramo de la primera parte. El Barça empezó entonces a jugar como si quedaran sólo diez minutos, cuando había casi 70 por delante. Como si quisieran rematar antes que pasar, todo deprisa y corriendo, sin cabeza, sin orden en ninguno de los aspectos del juego. La presión, a destiempo, hacía que los futbolistas del Espanyol parecieran llegar un segundo antes que sus oponentes. Y el estadio celebraba cada córner y cada posesión larga, que esta vez sí las tuvieron. Porque antes el plan era otro: defender y buscar en ataque rápido a Calleri, que las lucha todas, y aprovechar la que llegara. No pudieron seguirlo más a rajatabla los chicos de Abelardo. Cierto que en este tramo llegó el tiro al palo de Luis Suárez, pero todo eran acciones aisladas.
Se había currado el Espanyol su ventaja, pero en diez minutos se esfumó. Volcado en el costado izquierdo encontró el camino el Barcelona. Las subidas de Jordi Alba volvieron a ser la fuente de todo su poder, aunque esta vez el centro no fue a Messi, fue a Luis Suárez, para que lograra el empate. Todo era rápido para los locales, que podían asfixiarse. Hasta Valverde no quiso esperar, con la presencia de Vidal por Rakitic. Y el hombre que ha denunciado al club por un dinero que dice que le debe consiguió el 1-2. Pues eso, de locos. El asistente fue Suárez, con el exterior. Leo sólo dejó un par de detalles en el encuentro. No fue el gran Messi. Mientras que el uruguayo hizo un segundo tiempo extraordinario.
Pero el Espanyol no dejó de creer, sobre todo cuando se quedo con superioridad numérica. De Jong se equivocó, arriesgó y vio una clara segunda amarilla. El Barça no supo calmar el partido antes, ni sentenciarlo... Y lo pagó. Wu Lei, a pase de Vargas (dos de los cambios de Abelardo) se coló en el área y marcó de tiro cruzado al que no pudo llegar Neto.
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