Athletic de Bilbao

Semifinales de la Copa del Rey: Iñaki Williams, sí, negro, vasco y del Athletic

El delantero es uno de los referentes del equipo que ve más cerca que nunca volver a conquistar la Copa, el torneo en el que forjó su leyenda y que no gana desde 1984. El Granada, rival en semifinales

ATHLETIC DE BILBAO / FC BARCELONA
Iñaki Williams celebra uno de los goles que ha marcado esta temporada con el AthleticMIGUEL TOÑAAgencia EFE

Nada mejor para definir a Iñaki Williams que una de sus últimas imágenes, que dio la vuelta a las redes sociales: en los cuartos de final de la Copa contra el Barcelona agarró la pelota en una banda, con espacios, y desafió a Piqué. Tiró el balón en largo como diciendo «te echo una carrera», sabiendo que el resultado estaba cantado: el central le sacaba una pequeña ventaja, se la recortó primero y le adelantó después, y el único remedio que tuvo Piqué fue agarrarlo. Y con su camiseta en la mano, tumbado en el suelo fue arrastrado unos metros como si una manada de búfalos estuviera tirando de él. Así es el delantero del Athletic Club, pura fuerza en el campo y, según los que le conocen, un chico noble fuera que estos días tiene un sueño: «Es hora de sacar la gabarra». Es decir, es el momento de que el equipo rojiblanco vuelva a ganar un título y lo celebre con la mítica embarcación remontando la ría de Bilbao.

Dejar fuera al Barcelona, con el que se había encontrado recurrentemente (seis veces desde 2009, siempre derrotado, incluidas tres finales) supuso un punto de moral para el conjunto de San Mamés. «Llevo fantaseando con esto mucho tiempo. Al principio era una fantasía y puede ser que ahora esté más cerca. Imagínate, dejar esta temporada el fútbol y ganar un título. Es el sueño de cualquiera», aseguró Aduriz durante la gala de los premios Panenka. El veterano delantero cumplió ayer 39 años y ahora habitualmente espera en el banquillo mientras Williams aplica en el campo parte de las lecciones que le ha enseñado. «Entrenar todos los días con Aduriz es hacer un máster. Hablamos sobre los movimientos que hago en los partidos, me dice si cree que tenía que haberlo hecho así o de otra forma. Intentaré aprender de él», dijo Iñaki en una entrevista en Radio Euskadi. Los dos ya estaban en el Athletic cuando en 2015 se llevaron la Supercopa de España superando al Barcelona, con lo que rompieron 20 años de sequía de títulos en el club, pero al ser un trofeo de menor importancia no hubo gabarra. Con la Copa sí la habría, pero el Granada y su gran temporada esperan en semifinales, y la Real Sociedad o el Mirandés lo harán en la final.

Los padres de Iñaki Williams se conocieron en un campo de refugiados en Ghana y su madre, que es liberiana, saltó la valla de Melilla estando embarazada. Fueron a Málaga, después a Madrid y acabaron en Barakaldo con la ayuda de Cáritas. Allí nació él. «Todavía hay gente que dice: “Un negro no puede jugar en el Athletic. Ese negro no es vasco. ¿Cómo puede jugar un negro en el Athletic?”. Pues soy negro, he nacido aquí, soy vasco y me siento vasco», aseguraba en un documental llamado «Six Dreams», de Amazon Prime. No renuncia a sus orígenes africanos, que le enorgullecen tanto como ser vasco. Se ha convertido en una de las imágenes más icónicas del Athletic, donde llegó en 2012 para jugar con los cadetes y después en el B tras haber pasado por el Club Natación y por el Pamplona, pues sus padres se habían trasladado a Navarra. En aquella época al ahora delantero rojiblanco lo llamaban Balotelli por sus similitudes físicas con el jugador italiano, y los compañeros tenían que turnarse para llevarlo a los entrenamientos. Su casa estaba lejos. También arbitraba partidos de niños más pequeños por los que le pagaban diez euros. Esa época de dificultades ya pasó, lógicamente, aunque en sus redes sociales una de las frases que le sigue acompañando es «fútbol de barrio».

Tantas explicaciones en realidad no tendrían que ser necesarias, pero en las últimas fechas todavía se ha visto algún episodio racista con Williams por parte de una pequeña parte de aficionados del Espanyol, y también la espectacular respuesta de apoyo de los seguidores de su siguiente rival, el Tenerife, en los octavos de final de la Copa, pese a que Iñaki había maltratado al conjunto isleño con un doblete que llevó el encuentro a la prórroga. A Williams es eso lo que debería definirlo para el fútbol, sus goles (58 en 232 encuentros con el Athletic, y va mejorando la puntería, que no es uno de sus puntos fuertes) y sus carreras: cuando LaLiga publica las estadísticas de los jugadores más rápidos, siempre aparece él con velocidades que rondan los 35 kilómetros por hora. Si no, que le pregunten al pobre Piqué...