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Carlos Sainz

Carlos Sáinz: “No me veo reflejado en mi hijo”

El premio Princesa de Asturias ha hecho justicia con uno de los grandes del deporte español. El reconocimiento le motiva para seguir mirando al futuro. después de ganar su tercer Dakar

CARLOS SAINZ
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Sólo en ocasiones excepcionales un premio beneficia tanto al que lo recibe como al que lo otorga. El Princesa de Asturias del Deporte concedido a Carlos Sainz es uno de estos casos en que el personaje se siente infinitamente honrado, el jurado se prestigia al haber acertado con la elección y la opinión pública lo apoya de manera unánime, incluso con un sentimiento de «ya era hora». Sainz es un ejemplo constante de trabajo, superación, sabiduría y deportividad. Todos los ingredientes que desembocan en el triunfo constante en su carrera deportiva. Sainz, que ya fue firme candidato a este galardón hace un par de años, suma, además, la característica de ser un ejemplo para las nuevas generaciones de pilotos, a los que no escatima nunca una ayuda, un consejo e incluso una gestión para abrirles camino en el difícil mundo de la alta competición. No es una referencia sólo para su hijo, cuya trayectoria está siendo muy brillante, sino para muchos pilotos españoles de rallyes que tienen en él a su maestro. Suárez y Solans son los últimos ejemplos. El piloto madrileño, que hace un mes fue elegido el mejor piloto de rallyes de todos los tiempos, ha recibido el Princesa de Asturias ilusionado y agradecido por lo que supone un nuevo reconocimiento a su extensa trayectoria deportiva. Comenzó cuando sólo era un niño y hace meses se impuso en el duro Rally Dakar con 57 años. Ese triunfo es un suma y sigue. Quiere más. Su estela no se detendrá hasta que él mismo decida cortar la inyección y detener los motores.

–¿Qué hace de este premio algo tan especial después de tantos reconocimientos como ha tenido?

–El Princesa de Asturias es, sin duda, el premio más importante que un deportista puede recibir. Sobre todo siendo español. Me hace doble ilusión porque no es un premio por haber ganado un título, sino que reconoce toda una trayectoria deportiva y eso lo hace muy especial.

–¿Ha recibido alguna felicitación que le haya hecho especial ilusión?

–Desde que se conoció el resultado he recibido infinidad de felicitaciones. Y quiero contestarlas a todas, aunque aún no me ha dado tiempo. Lo haré, por supuesto. Y no quisiera destacar ninguna, ya que todas representan un gesto de cariño y reconocimiento y no sería oportuno por mi parte destacar una por encima de otras. Han sido, como digo, infinidad de felicitaciones, desde la del Rey, hasta de otros deportistas, de políticos, de empresarios... Todas me hacen mucha ilusión y las agradezco.

–¿Cuáles son sus siguientes objetivos?

–Estamos en un momento raro, ya que toda esta situación de la pandemia que estamos viviendo ha significado un parón total de la actividad deportiva. De igual forma, se ha detenido bastante todo lo que es la industria del motor. Lógicamente, mi objetivo es poder revalidar el año que viene la victoria que logré en el pasado Dakar. Pero aún no he tomado ninguna decisión al respecto. Tengo que ver qué opciones se presentan para poder participar en la carrera del año que viene, pero siempre que sea en un coche con el que tenga opciones de defender el título. Anunciaré mi participación, como digo, cuando tenga un coche que me permita, con garantías, intentar repetir la victoria.

–¿Qué diferencias habrá entre el próximo Dakar y el de este año?

–Por el momento no han desvelado demasiados detalles de la futura carrera. Pero las pocas cosas que se han ido filtrando me gustan. Han dicho que el recorrido será completamente nuevo y que en todas las etapas van a entregar el «roadbook» por las mañanas. Ambas cosas me gustan, están bien. Pero estoy a la espera de tener una mayor información, que creo que se irá desvelando en los próximos días.

–Al margen de las victorias, ¿cuándo ha disfrutado más de este deporte?

–Todo va evolucionando y con la edad se ven las cosas con otra perspectiva muy diferente. Pero sí puedo asegurar que disfruto conduciendo como el primer día. Si no fuera así, no podrían llegar los buenos resultados. Verdaderamente para mí ha sido un privilegio el poder convertir mi pasión en mi profesión. Y estoy feliz por ello.

–Han pasado 32 años desde el histórico Rally San Remo en el que, con un Ford Sierra sólo dos ruedas motrices, logró batir al resto de los pilotos oficiales en las primeras etapas. ¿Fue tan importante?

–Sin duda que lo fue, sigo dándole la importancia que tuvo, ya que esta actuación llamó la atención de Ove Anderson, director entonces del equipo Toyota de rallyes y catalizó mi fichaje por la marca japonesa. A partir de esta carrera ya tuve la oportunidad de entrar en el equipo oficial con el que conquisté dos Campeonatos del Mundo de esta especialidad.

–Usted ha sido el más rápido en todas las superficies: asfalto, tierra y nieve o hielo. ¿En cuál se siente más cómodo?

–La realidad es que me he sentido a gusto en las tres superficies. Y eso es precisamente lo bonito de los rallyes. Incluso la tierra no es igual en todos los sitios. Las características de adherencia y la conservación de las pistas es diferente en cada caso. Y es precisamente esto lo que hace tan atractiva una competición como es el Mundial de rallyes. Su diversidad. Por eso me ha apasionado tanto esta especialidad.

–Además de piloto rapidísimo, todos reconocen su capacidad de piloto probador y sus dotes para poner a punto los coches. ¿Es imprescindible esta preparación para llegar a la cumbre?

–En mi caso así lo ha sido. Siempre he trabajado en los coches para que fueran lo más rápidos posible y así tener que correr menos para hacer buenos tiempos. Porque lo que es cierto es que para poder ganar, además de ser un buen piloto, necesitas un coche muy competitivo. Es imprescindible tener un coche ganador. Por eso, el trabajo de evolucionar el coche hasta hacerlo ganador ha sido para mí siempre fundamental.

–¿Se siente reflejado de alguna forma en su hijo Carlos?

–No, porque estamos en especialidades muy distintas. Yo en los rallyes y los raids y él en la Fórmula Uno. No somos una familia como, por ejemplo, los Hill o los Verstappen en donde el padre ya corría en Fórmula Uno y el hijo ha seguido la misma trayectoria. En eso somos una familia diferente y única porque nunca antes se ha dado un caso como el nuestro.

–¿Cómo vivió el fichaje de Carlos por Ferrari? ¿Es un sueño cumplido?

–Esto último habría que preguntárselo a él. La verdad es que fueron meses de una cierta tensión e incertidumbre, pero con un final feliz. Porque se añadió el problema del confinamiento, que creó una situación rara. Pero afortunadamente, gracias a la tecnología y la posibilidad de mantener conversaciones, pudo felizmente llevarse a cabo.

–Con más de cuarenta años en las carreras, ¿qué diferencias aprecia en la competición automovilística de ayer y de hoy?

–La técnica ha dado un paso de gigante en estos años en los que yo he vivido la competición desde dentro. Pero debo decir que el ADN de las carreras sigue siendo el mismo. El espíritu de la competición no ha cambiado a lo largo de los años. La esencia de la competición es la misma.

–Finalmente, ¿cómo valora el momento político y económico por el que está atravesando España en estos momentos?

–Pues lo veo con preocupación e incertidumbre tanto por la situación política como por la sanitaria. Sólo espero que los españoles tomen las medidas adecuadas y los políticos trabajen conjuntamente por el bien de todos y que se alejen de intereses partidistas o de poder.