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Así es Dest, un rebelde en el lateral del Barcelona

El defensa, que en la academia del Ajax contradecía a sus entrenadores para dar su opinión, es de la mejores noticias de un Barça en crisis, que recibe al Levante

Sergiño Dest, durante el partido que el Barcelona perdió contra el Cádiz
Sergiño Dest, durante el partido que el Barcelona perdió contra el CádizAFP7 vía Europa PressAFP7 vía Europa Press

Sergiño Dest llegó a Barcelona con la temporada empezada, en octubre, sin haber cumplido los 20 años (lo hizo el 3 de noviembre) y con la timidez de un chico de su edad. Respuestas cortas, al grano. Demasiado joven quizá como para no quedar impresionado al ser presentado en uno de los mejores clubes del mundo. Pero las apariencias engañan. ¿Acaso no es imponente también fichar por el Ajax a los 12 años? «Era un chico que tenía poca vergüenza en decir lo que pensaba a los entrenadores. A veces decía algo así como: “Yo no quiero hacer eso, lo quiero hacer de tal manera”», recuerda Ruben Jongkind, que lo dirigió en la academia del club más importante de Holanda, como hizo con otros jugadores repartidos ahora por los equipos más fuertes del continente: De Jong, Van de Beek, De Ligt... «Hubo un grupo de entrenadores a los que no le gustaba su comportamiento de rebelde y dijeron: “No creemos que sea un jugador para nosotros, tiene una mentalidad muy floja, no puede controlar sus emociones», continúa Jongkind. «Pero vimos que tenía calidad y decidimos que no lo íbamos a echar, aunque había que encontrar una manera de interactuar», añade. Y explica: «En esa época no sabía por qué Dest actuaba así: pensaba que el entrenador dice “x” y tú tienes que seguirlo, pero ahora estoy más formado en esos temas y creo que es importante que los chicos puedan ser críticos consigo mismos y con los adultos, para encontrar tu sitio en la sociedad, el equipo... Si no puedes verbalizar tu identidad, con respeto, claro, tienes un problema porque no te puedes desarrollar. Cada uno en su papel, entrenador y jugador, pero yo ahora en el Volendam estoy dejando más libertad a los niños. Creo que eso fue importante para que Dest haya llegado donde está». El Volendam es el modesto equipo en el que trabaja Ruben, usando los métodos de Johan Cruyff para que suba a la Eredivisie, la Primera de Holanda.

Dest es de las mejores noticias del Barça este curso en el que el equipo no despega. Una derrota hoy contra el Levante armaría la mundial en el Camp Nou. El lateral es el tercer futbolista más joven de la plantilla, sólo por delante de Ansu Fati y Pedri, pero como estos, cuenta con la confianza del entrenador. Sus primeras apariciones en el equipo español fueron como lateral izquierdo para suplir la baja de Jordi Alba y ante la poca confianza de Koeman en Júnior. Ha disputado cuatro encuentros por el costado zurdo, pero desde la lesión de Sergi Roberto la derecha es para él y se está viendo el proyecto de jugador que puede ser y ya es. El Barça fichó a un lateral ofensivo que dijo que tenía a Alves como modelo, y algo de eso ya se ve. Incluso Koeman fue criticado al sustituirlo ante el Cádiz, cuando estaba siendo el más peligroso. «Cuando llegó al Ajax era más atacante, más extremo, aunque ya vimos que en el futuro iba a ser un defensa lateral», desvela Jongkind. «Pero para jugar un fútbol ofensivo, que es lo que queremos nosotros y quería Cruyff, necesitas desarrollar las habilidades en el uno contra uno, una cierta facilidad en el manejo de la pelota, velocidad...», prosigue. «Como defensor va a crecer porque va a tener más cuerpo, más experiencia contra atacantes mejores en España. La velocidad ya la tenía, como la explosividad en los primeros diez metros, saltar alto o la facilidad del toque funcional: no hace muchos trucos como Ronaldinho, pero tiene una técnica funcional muy importante», desgrana Ruben. «Tenía una mentalidad de ganador desde pequeño, a lo mejor es la sangre americana», insiste. La personalidad que mostraba de niño la tuvo también para decir «no» a Koeman cuando era seleccionador de Países Bajos, porque quería jugar con Estados Unidos. O para salir a hablar en las televisiones después de perder el Clásico en el Camp Nou, sin que ninguno de los capitanes diera la cara.