El Atlético remonta al Valencia (3-1) y no da esperanza a sus perseguidores

Luis Suárez ha cambiado la vida del Atlético. El Atlético gana partidos que antes se le escapaban con una frecuencia desconocida desde hace mucho tiempo en el club. El «9» marca las diferencias y con sus goles hace que partidos como el que le enfrentaba al Valencia dieran la vuelta con un solo toque de balón.

No necesita muchos más el uruguayo para marcar las diferencias. Aprovecha cualquier debilidad de las defensas contrarias, como hizo con Gabriel. El brasileño le cedió la portería para taparle el pase. Un error, porque Suárez tuvo tiempo de elegir por dónde debía superar a Jaume Doménech. La jugada había nacido desde atrás, de un desplazamiento largo de Mario Hermoso que encontró a Joao Félix en la izquierda. Y el portugués no tuvo problemas para conectar con Suárez. De lo demás se encarga el «9».

El gol cambió la dinámica de un partido que había comenzado torcido para el Atlético. El Valencia no era el equipo temeroso que se imaginaba por su posición en la tabla. Salió a discutir la victoria y el golazo de Racic, un zurdado desde fuera del área que se fue alejando de las manos de Oblak y acercándose a la escuadra, complicaba la vida del Atlético.

Para combatir las dudas, el Atlético tiene varias certezas. La primera es Luis Suárez. La segunda, la pelota parada que tantos triunfos le dio en los primeros años de Simeone y que había desaparecido de los planes del Atlético en los últimos tiempos.

Amenazó ya Giménez con un cabezazo a la salida de un córner lanzado por Koke como en los mejores tiempos y respondió Doménech por inercia. Sí acertó Joao Félix con un recurso de goleador, adelantándose a Thierry Correia para rematar con la plancha, el único recurso que tenía disponible.

El gol de Suárez desarmó la resistencia del Valencia, pero no sus ganas. Continuó yendo a buscar arriba al Atlético, en la salida del balón en busca de un improbable empate. Por el terreno que dejaba la presión valencianista a su espalda encontró Hermoso el camino que llevaba hacia el tanto de Suárez. Y en un contraataque llegó el tercero de Correa.

Esta vez fue Marcos Llorente el que aceleró para llevar la pelota hasta el área del Valencia y se convirtió por un momento en el reflejo de su padre, Paco, por el extremo. Llegó hasta la línea de fondo y echó la pelota atrás para que la rematara Correa.

Poco después se ofreció para salir del campo cuando entró Kondogbia. No era el elegido, pero no quiso exigir más a su cuerpo. Tampoco terminó Joao Félix el partido. El portugués volvía a la titularidad, la primera de este año 2021 en Liga y justificó la decisión del Cholo no sólo con su gol.

Apareció también para dar el pase del gol a Luis Suárez y trabajó en defensa como si hubiera estudiado los vídeos de Griezmann, que acostumbraba a retroceder, a veces hasta su propia área, para colaborar en el trabajo defensivo.

Al Atlético sólo le faltó ver el debut de Dembélé, pero Simeone no se fiaba demasiado del Valencia. Primero sacó del banquillo a Kondogbia y después a Torreira. Se trataba de amarrar, aunque el pequeño jugador uruguayo estuvo a punto de repetir la jugada de Llorente en el tercer gol, pero el remate de Correa esta vez no fue tan acertado.

El Atlético sigue avanzando en el campeonato y encontrando soluciones al tiempo para casi todos los problemas que le surgen. Como la ausencia de Trippier. Vrsaljko ha vuelto en el momento oportuno, pero el sistema de tres centrales también permite que juegue Carrasco en esa zona, como sucedió en la segunda parte. Nada parece en condiciones de frenar la marcha del Atlético.