Tenis
Garbiñe Simeone
La tenista española se apunta al partido a partido en el Open de Australia. Llega con buenas sensaciones
La número uno del mundo, la australiana Ashleigh Barty, pudo con Garbiñe Muguruza en la final del Yarra Valley Classic (7-6 [7/3] y 6-4). Tuvo sus opciones la española, contenta pese a la derrota tras una semana en la que sólo cedió diez juegos en las cuatro rondas anteriores, con triunfos ante rivales de peso como la estadounidense Sofia Kenin. «Ha sido una buena semana con buenos partidos. Normalmente no juego la semana anterior a un Grand Slam, pero me llevo muchas cosas positivas. He jugado una final, eso no está mal», dice la tenista de 27 años, a quien la experiencia le ha ayudado a relativizar las cosas. Con 21 ya jugó la final de Wimbledon, frenada solo por Serena Williams; con 22 ganó Roland Garros precisamente ante la leyenda norteamericana, y con 23 se impuso a la otra Williams, Venus, para coronarse en la hierba de Londres y convertirse en número uno del mundo. Se la señalaba como la próxima dominadora del circuito, pero su carrera entró en una montaña rusa. En cada torneo que participaba podía pasar cualquier cosa: vencer a una «top» o perder con una jugadora de mucho menos nivel que ella. «El éxito y el fracaso son difíciles de gestionar», asegura Garbiñe en el medio colombiano «El Tiempo». «Por pegarle bien a la bola no soy mejor que nadie, mejor que otra chica que va a la universidad. Eres joven, todo el mundo te ve, eres famosa... Necesitas que la gente que te rodea te calme y te diga: ’'Para abajo’'», añade quien ahora es la número 14 del mundo. La presencia de Conchita Martínez como entrenadora y el paso de los años, le hacen estar en un momento de relajación. «Me siento más estable», admite en la misma entrevista. De ahí que no se ponga una meta en el Abierto de Australia, la primera gran cita de verdad del curso, donde en 2020 disputó la final. «No pienso tan lejos como repetir la final del año pasado. Sólo estoy concentrada en mi primera ronda. No estoy mirando más allá. Sólo tengo que ir ronda por ronda, luego veré dónde termino», explica. Su estreno será contra la rusa Margarita Gasparyan, repescada de la previa y que tiene un precedente con la española: en Monterrey 2019, en pista dura, con victoria para Garbiñe aunque, ojo, cedió un set.
Este Abierto de Australia será un torneo diferente. Los jugadores y jugadoras han tenido que pasar una cuarentena estricta, las gradas no estarán llenas, aunque sí habrá público, es un mes más tarde de lo habitual... El aspecto mental será decisivo y la española piensa que habrá muchas sorpresas. También el físico será decisivo, y Muguruza ha aprovechado la larguísima pretemporada para ponerse en forma de manera diferente, como suele hacer. Si otras temporadas se la vio boxeando o subiendo al Kilimanjaro, en noviembre experimentó uniéndose por unos días a la Guardia Civil para hacer submarinismo, montaña o incluso clases de defensa personal. En lo tenístico, está mostrando mejoría en el servicio, golpe fundamental para su tenis, en el que siempre trata de dominar.
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