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Thiem sobrevive al show de Kyrgios

El austriaco ya está en octavos tras remontar un partido con un ambiente de Copa Davis. El australiano se llevó los dos primeros, pero no fue suficiente para derretir a Thiem

Dominic Thiem se dispone a golpear de revés en su partido ante Kyrgios
Dominic Thiem se dispone a golpear de revés en su partido ante KyrgiosDAVE HUNTEFE

En tercera ronda, en la primera semana, Dominic Thiem y Nick Kyrgios protagonizaron el que será uno de los partidos a recordar en esta edición del Open de Australia. Ganó el austríaco un partido tremendo. Cuando conectó el revés paralelo a una mano desde el fondo de la pista para tumbar a Kyrgios, se giró hacia su palco y celebró la victoria con la misma firmeza con la que se sostuvo en el partido cuando el australiano era un vendaval. Ganó Thiem por 4-6, 4-6, 6-3, 6-4 y 6-4 después de 3 horas y 21 minutos de pelea. El austriaco, que va por el lado del cuadro de Kyrgios, se medirá en octavos con el búlgaro Dimitrov, que se aprovechó de la retirada de Pablo Carreño.

Todavía con público en la Rod Laver Arena, Kyrgios quiso brindar un partido memorable. Cuando la cabeza está más o menos en su sitio es un jugador extraordinario y, además, muy divertido. Su tenis sacó de la pista a Thiem durante los dos primeros sets. Y para apuntarse el segundo se sacó uno de esos golpes que sólo él es capaz de utilizar en los momentos críticos. Fue un saque a cuchara, un homenaje a Michael Chang en el siglo pasado en Roland Garros. Se sitúo con dos sets a cero, pero Thiem se inmutó entre cero y nada.

El austríaco se agarró a la pista, se olvidó del ambiente de Copa Davis que se respiraba en la central y fue remando poco a poco. Aguantó los cañonazos con el servicio, respondió a las dejadas, devolvió muchos ganadores y llevó el duelo hasta el quinto set. Ahí se mostró en plenitud el último ganador del Abierto de Estados Unidos. Cada golpe era un bajón en la temperatura del público y de Kyrgios. En el séptimo juego olisqueó la posibilidad de break y logró una ruptura. Se apuntó su siguiente saque en blanco y luego llegó el magistral revés paralelo a una mano desde el fondo de la pista. Lo de Thiem es otra forma de dar espectáculo.