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Entrevista

Lucas Eguibar: “Las voces en tu cabeza siempre van a estar”

El campeón del mundo de snowboard cross habla de los miedos del deportista y de cómo salir adelante en momentos malos. Lo dice uno de sus tatuajes: «Hay que seguir»

Lucas Eguibar muestra la medalla de oro que logró en el Mundial durante el recibimiento que le hicieron en la sede del CSD Juan Carlos HidalgoEFE

“¡Vamos, hermano, vamos! Por fin, por fin... Lo bueno se hace esperar”, dice Nico Eguibar viendo por televisión a su hermano Lucas (San Sebastián, 27 años) proclamarse campeón del mundo de snowboard cross. Llevaba tiempo buscándolo, había sido segundo en 2017 y el abanderado español en los Juegos de 2018 lo consiguió. El vídeo de Nico se hizo viral. Nico tuvo un accidente hace tiempo que casi fue letal y más o menos se prometieron algo así: yo me recupero y tú eres el mejor en tu deporte. Ahí está. Dos semanas después, Lucas sigue en una nube y atiende a este periódico por teléfono desde el coche. “Conducir por Madrid es más difícil que hacer snowboard”, dice. Y se ríe.

-Terminó la final del Mundial y no sabía ni qué decir. ¿Se lo cree ya?

-Pues sí, poco a poco. Es algo para lo que llevaba mucho tiempo trabajando y por fin lo he conseguido. En el momento era pues eso: que no me lo creo. He estado tanto tiempo trabajando para esto y soñando con esto que ahora que lo estoy viviendo, no sé si sigo en el sueño o qué está pasando.

-El día de la carrera baja la adrenalina, se acuesta...

-No hubo mucha celebración. Acabé bastante dolorido de la espalda y no me salía, yo qué sé, estar tomando unas cervezas. Sólo quería estar tumbado en la cama y descansar. Luego encima tenía veinte mil mensajes de todo el mundo, quería hablar con mi familia porque apenas pude.

-¿Y se duerme bien tras lograr algo así?

-Hombre, yo soy de buen dormir, pero te digo que me dormí a las doce y me levanté a las cinco de la mañana porque el cuerpo... No sé. Y la cabeza, si dos semanas después sigo así, el día siguiente imagínate. Cogí otra vez el móvil, seguí con los mensajes, volví a ver la carrera...

-¿Se ve diferente en vídeo a como la vivió desde dentro?

-Eso suele pasar. La semifinal la pasé de milagro, cometí algún error. A veces hasta me pongo nervioso, lo veo y: “¡Uy, uy, uy!”. No es nervioso porque ya sé el resultado, pero hay cosas que hubiese hecho de otra manera y si yo al verlo tenía tensión, imagínate mi familia, que lo ve desde fuera.

-Unos días antes del Mundial sufrió un bajón. ¿Por qué?

-No sé, no me sentía muy bien. Son cosas de competición, es normal en nosotros. Mucha gente se piensa que vamos con mentalidad ganadora y ya está. Hay veces que sí, pero muchas otras veces tenemos nuestras dudas.

-Nadal, por ejemplo, afirma que siempre tiene dudas...

-Eso es. Ayer me decían que es como una mochila que te quitas después de ganar, pero esa mochila no la quitas nunca, esas voces de tu cabeza no te las quitas nunca. Otra cosa es que lo vayas haciendo y tu autoestima y tu motivación vayan subiendo, pero son voces que siempre van a estar y hay que acostumbrarse a ellas.

-¿Y cómo está ahora de la espalda?

-Es grave, aunque tiene pinta de que dentro de la gravedad está controlado y gracias a todo el entrenamiento que hago, la musculatura está bien trabajada y parece que no puede empeorar. Tengo dos discos vertebrales aplastados... El otro día vimos la resonancia y eso hay que tenerlo en cuenta. Es por la acumulación de caídas, por la de los saltos que hacemos... Es un deporte duro, lesivo... Tenía una protrusión ya y esta pretemporada me encontraron otra. Estaba bien, pero tenía que esforzarme mucho en cada día: estirar, calentar muy bien, después de la nieve estirar otra vez... Todo el día pensando en eso. Justo llegamos al Mundial y ha dicho basta.

-Pero a tiempo...

-La verdad es que sí, porque me hice daño en cuartos de final.

-¿Qué le dijo su familia cuando logró hablar con ellos?

-Que estaban súper felices, que vaya carrerón había hecho en la final, que se habían ido por ahí a celebrarlo y que tenían muchas ganas de verme.

-En casi todas sus entrevistas se habla de su hermano Nico. ¿Es una parte importante de su carrera, de alguna manera?

-La gente que tengo a mi alrededor para mí son lo más importante. Mis dos hermanos y mi madre para mí son mucho. Lo que le pasó a Nico nos afectó a todos y nos unió muchísimo más.

-¿Qué siente al ver la narración que Nico hizo de su carrera?

-Ver a tu familia ahí cómo se ponen como locos, joder... Son imágenes súper bonitas que vamos a guardar para siempre.

-¿Cómo se pasa la época en la que los resultados no salen?

-Tienes que tener un poco la mentalidad clara de que es un deporte que va para largo, que hay muchos momentos de bajón que son parte del deporte y que eran parte de un proceso.

-¿Han tenido dificultades para entrenar por el covid?

-No ha sido lo más cómodo este año. Tuve que hacer cuarentena, me tiré casi dos meses entrenando. Un poquito duro esos casi dos meses comiendo y entrenando en mi habitación solo en Suiza para evitar contagios.

-Pasan la mayor parte del año fuera de casa...

-Sí, sí. Buscando la nieve.

-¿Cómo es su entrenamiento, aparte de la tabla?

-Físico sobre todo. El circuito del otro día era físicamente bastante exigente, entonces para tener la fuerza para estar ahí es de lo que más entreno, y después tema mental... En la final, por ejemplo, decir que mi estrategia es quedarme atrás... A veces te puede el ansia, otras he pagado ir atrás, porque no es fácil adelantar. Y es que no vamos uno contra uno, vamos cuatro y mientras tú tienes una estrategia, los tres rivales tienen otra. Tienes que estar atento a la tuya y a la del resto para saber qué puedes hacer, en esas milésimas tienes que ser capaz de improvisar.

-¿Se va a hacer algún tatuaje nuevo?

-Sí, pero todavía... Por la situación estoy intentando evitar estar con mucha gente y hacer muchas cosas. Yo no he cogido el covid y llevo bastante tiempo sin ver a algunos amigos ni hacer algunas cosas porque si lo cojo me quedo sin competir.

-¿Alguno de sus tatuajes es especial?

-Tengo muchos especiales, por ejemplo los nombres de mis hermanos, los de mis abuelos... Tengo un mensaje que dice que hay que seguir. Seguir y seguir pase lo que pase. Este me lo hice en 2018, después de tener un año malo, en 2017 había quedado segundo; en 2019, cuarto y en 2020 también cuarto, pues ese mensaje significó mucho para mí: seguir, creer en ti, y años más tarde, pues llegó.

-Lo tiene ahí delante escrito, por si se olvida...

-Eso es, en el pecho, bien marcado.

-Le iba a preguntar por los Juegos Olímpicos...

-Todavía queda, mira en un año lo que nos ha cambiado la vida, así que esperemos que esto no vaya a más, porque no sé qué nos queda. Yo voy a seguir trabajando igual y espero estar en los Juegos peleando por las medallas.

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