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Matt Jones caza al oso en el PGA National

Como era de esperar, el domingo en el PGA National tuvo de todo: caídas, tropiezos y saltos mortales para conseguir el ansiado triunfo

Matt Jones, con el trofeo
Matt Jones, con el trofeoPGA Tour

Por supuesto, parece que siempre hay alguien a quien todo esto no le afecta. Esta semana en el Honda Classic, ese fue Matt Jones. El veterano australiano comenzó el domingo líder en la clasificación con tres golpes de ventaja y, a pesar de todo el tumulto que le rodeaba, nunca se movió, nunca cedió. Fue como si hubiera cogido la cuerda más fuerte que pudo encontrar y se hubiera atado a la roca más grande que pudo encontrar para que el viento y el resto de competidores no pudieran moverle.

Con la excepción de un breve lapso de tiempo el viernes por la noche, Jones, de 40 años, mantuvo una especie de idilio con el torneo la mayor parte de la semana. Se encogió de hombros después de hacer un 61 de récord en la apertura, se quedó a tres del viernes por la noche después de su 70, y volvió a tener el liderato cuando se fue a dormir el sábado. El domingo por la noche, después de cerrar con una ronda de 2 bajo par, 68 golpes, con cinco de ventaja sobre su perseguidor más cercano, había ganado el hermoso trofeo de cristal que tenía en sus manos. Hacía tiempo que no probaba la victoria a este lado del charco. El de Honda Classic ha sido el segundo título del PGA Tour, que se suma al Houston Open de 2014, y le hace subir al puesto undécimo de la de la FedExCup.

Brandon Hagy, suplente al comienzo de la semana, se recuperó después de hacer 76 golpes el sábado, para hacer 66 el domingo y subir al segundo puesto en solitario, con 7 golpes menos. Fue el mejor resultado de su carrera para Hagy, que llegó el día en que el californiano cumplía 30 años. Terminó horas por delante de Jones, que en esta semana residía en una estratosfera propia. La experiencia de Jones con el viento, tiene dos títulos del Open de Australia, se manifestó el fin de semana en la forma en que voló su bola de golf. También se notó en su forma de comportarse. Era, bueno, diferente. Con trecientas treinta participaciones en el PGA Tour, dijo que se sentía más tranquilo que nunca. Y después de un último putt de par en el 18, Jones se emocionó.

“Quiero decir, el golf... es un deporte muy duro el que jugamos aquí”, dijo Jones. “Es muy despiadado. Trabajamos para mantener nuestros puestos de trabajo cada año. Y tienes que rendir bien para poder hacerlo. Hace siete años que no gano, y ha habido algunos años de vacas flacas”.