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La difícil revolución de Laporta en el Barcelona

El presidente azulgrana anuncia una renovación, complicada por la situación económica, sin confirmar al técnico y pendiente de qué sucede con Messi

El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, en la toma de posesión del cargo en el Camp Nou
El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, en la toma de posesión del cargo en el Camp NouFCBFCB

Revolución en el Barcelona, capítulo 2. El primero, después de la debacle contra el Bayern Múnich en la Champions de 2020, lo llevó a cabo Koeman y de todos los señalados sólo se fueron Rakitic y Luis Suárez. El entrenador holandés sí ha rejuvenecido el equipo con la presencia habitual de jugadores como Pedri, Araujo, Mingueza o Ansu Fati, hasta que se lesionó, y eso se le tiene en cuenta y se le valora, pero el tramo final de la Liga ha dejado un mal sabor de boca. «Nos han eliminado muy pronto de la Champions y hemos perdido la Liga de manera incomprensible», dijo Joan Laporta después del rotundo: «Se ha acabado un ciclo, vamos a empezar una renovación». Los últimos tropiezos ponen en duda la continuidad del técnico, a quien le juega en contra también que fuera contratado por el antiguo presidente, Josep Maria Bartomeu, que tuvo que acabar dimitiendo. Laporta y Koeman se reunieron y no ha habido una palabra pública de acercamiento del club, pero sí del técnico, deseoso de seguir. Según adelantó «Rac 1», Hansi Flick es el favorito del máximo mandatario azulgrana para afrontar esa renovación. Ya ha anunciado que deja el Bayern y aunque todos los caminos apuntan a que va a dirigir a la selección alemana, no tiene nada firmado. Es el técnico del 2-8, de ahí que su contratación tendría algo de cuadratura del círculo. La llegada de Xavi podría ser demasiado precipitada en un entrenador todavía en formación. Y ni siquiera está descartada la continuidad de Koeman.

La paradoja de Messi

Con el nuevo entrenador se trabajará ya sobre los cambios en la plantilla que parten de una pregunta: ¿cómo hacerlo en plena crisis económica?; y de un nombre: Leo Messi. La continuidad de la leyenda es la prioridad de Laporta, pero se produce una paradoja porque la forma de convencer al argentino es con un gran proyecto deportivo, pero si sigue es más difícil reforzar el equipo con grandes nombres como el de Haaland porque parte del dinero tiene que ir destinado a cubrir su ficha. Está pendiente el Barça de firmar un préstamo de 500 millones con Goldman Sachs que le permita refinanciar la deuda y hacer frente a los gastos que más prisa corren. Una vez quede aclarado el banquillo y la situación de Leo se empezará la revolución teniendo en cuenta que los únicos intocables son los jóvenes más Ter Stegen, De Jong y Messi, si se queda. Los veteranos no son imprescindibles, aunque Busquets o Alba no hayan hecho un mal año, pero se tendrían que bajar el sueldo, lo mismo que Piqué, que también está pendiente de su rodilla, y Sergi Roberto, en un curso para olvidar. El dinero a ingresar podría estar en nombres como Griezmann o Dembélé, que curiosamente han hecho su mejor temporada en el Camp Nou. Es una cuestión más económica que deportiva. Coutinho, Pjanic, Umtiti, Braithwaite, Júnior son objetivos de venta; Dest o Trincao no han tenido el rendimiento esperado, aunque son jóvenes; y Lenglet tampoco se ha ganado el cartel de intransferible.

Sin dinero es difícil hacer esa plantilla competitiva. Eric García cumplirá con todos los requisitos, pero Depay y sobre todo Wijnaldum son ya veteranos. Los pidió Koeman y si el entrenador no está su situación puede cambiar, por mucho que lleguen gratis. También Agüero costaría cero, pero el 2 de junio cumple 33 años.