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Biles o cuando una medalla es lo de menos

Reaparece para competir en la final de la barra de equilibrio sin opción de subir al podio

Simone Biles volverá a competir en la final de barra
Simone Biles volverá a competir en la final de barraMIKE BLAKEREUTERS

El mismo día que la FIFA anunciaba un programa para sensibilizar sobre los síntomas de los problemas de salud mental, la Federación estadounidense de gimnasia comunicaba queSimone Biles volverá a competir en los Juegos. Lo hará en la final de barra de equilibrio después de haber renunciado a las otras cinco finales por problemas de estrés y ansiedad.

Biles abandonó el martes pasado la final por equipos tras hacer un ejercicio. Fue el principio de una sucesión de renuncias que se prolongó con el adiós al concurso completo, que se llevó su compañera Sunisa Lee, y a las finales de salto, barras asimétricas y suelo. La gimnasta era la gran estrella de los Juegos de Tokio antes de su inauguración. Sus cuatro oros y un bronce en Río más los 19 títulos de campeona del mundo habían puesto todos los focos sobre ella. Y Biles estalló en la competición por equipos después de haber estado lejos de su nivel en el potro. «No podía seguir después de eso», afirmó hundida. Explicó que sus problemas surgían por una desconexión entre el cerebro y el sistema nervioso y eso la llevaba a perder el control en algunos movimientos. Un caos incompatible con la gimnasia. La estadounidense ya dio pistas antes de los Juegos de que algo no iba bien. Según «The New York Times» sintió hace semanas que no estaba cómoda y confesó los problemas a su entrenadora y al médico de la selección estadounidense: «No puedo seguir. No estoy lo suficientemente centrada mentalmente para ejecutar mis ejercicios con seguridad». Y todo explotó en Tokio.

El regreso de Biles va mucho más allá de una simple pelea por las medallas. La estadounidense está muy lejos del podio en una disciplina que es menos exigente que el resto en términos acrobáticos. Comparece con la séptima mejor nota de las ocho finalistas, aunque en Río lograra el bronce en este aparato. Biles está lejos de su mejor versión, pero ahora eso es lo menos importante. En los últimos días ha acudido al centro de gimnasia de Ariake para animar a sus compañeras y se ha entrenado en una instalación privada ajena a los Juegos. «Está mejor de lo que pensábamos y todos los días ha estado sonriendo y apoyando al equipo», según se ha revelado desde el Team USA. Los ejercicios de Biles en el gimnasio revelaban la falta de control sobre su cuerpo al aterrizar en unas colchonetas de gomaespuma, pero ella ha logrado sobreponerse. «El torrente de amor y de apoyo que he recibido me ha hecho darme cuenta de que soy más que mis resultados y mi gimnasia, lo que nunca creí antes de verdad», afirmó a través de sus redes sociales.

Después de una infancia traumática en la que fue abandonada por sus padres y criada por sus abuelos; de una adolescencia marcada por los abusos sexuales del médico de la selección estadounidense, llegaron los problemas de salud mental antes y durante los Juegos. Hoy puede ser el primer día de la nueva Biles. Despedirse de Tokio compitiendo será la mejor manera de encontrar razones para que en París 2024 pueda seguir haciendo historia.