Atletismo

Lección de oro de Mariano García en el 800

El murciano, campeón del mundo en pista cubierta el pasado invierno, se proclamó campeón de Europa en Múnich. Dominó la final con una autoridad

Mariano García ganó el oro en el 800
Mariano García ganó el oro en el 800RONALD WITTEKAgencia EFE

Mariano García en la presentación de los finalistas de 800 aceleró la moto, apretó los dientes y antes de la salida en la calle 7 repitió ambos gestos. Luego voló hasta proclamarse campeón de Europa en una carrera ejemplar. El oro vino acompañado con la mejor marca de su vida (1:44.85). Imposible mejorarlo. El campeón del mundo en pista cubierta en Belgrado se proclamó campeón continental en Múnich con una sensación de control de la carrera abrumadora. Tomó la calle 1 antes de que sonara la campana y ya no abandonó el primer puesto pese a los sucesivos ataques del británico Wightman, que fue plata con 1:44.91; el irlandés English, bronce 1:45.19.

Era la primera gran final al aire libre del murciano de la pedanía de Cuevas de Reyllo. Se metió en semifinales sin hacer ruido. Fue tercero en la ronda clasificatoria y en la semifinal ya dejó de un detalle de todo lo que podía dar de sí. “Quiero un metal en la final y me he guardado cosas”, comentó tras alcanzar la final corriendo de menos a más. Comenzó la carrera último, incluso llegó a descolgarse un poco, pero fue remontando puestos hasta que a mitad del recorrido se puso primero adelantando por la calle dos. Como líder corrió al ritmo que quiso y, en la última curva, aceleró con un cambio de ritmo que fue imposible de seguir. En la final siguió un guion similar. Partiendo desde la calle 7 dejó que los siete finalistas evolucionaran. Que cogieran la cuerda casi cinco atletas a la vez. Él observó el paisaje desde atrás. Parapetado en la séptima plaza, se abrió en la recta antes de que sonara la campana. En el momento de la verdad ya estaba al frente de una carrera que no era vertiginosa, pero llevaba un ritmo respetable (52.06 en el primer 400).

En el segundo tramo de la carrera vigiló los ataques con la suficiencia de quién se sabe con armas suficientes para responder a todos los desafíos. El francés Benjamin Robert, el líder del año, estaba demasiado lejos; el sueco Andreas Kramer, quinto en el ranking, también se había descolgado. Las amenazas venían desde las Islas Británicas. Jake Wightman, campeón del mundo de 1.500 en Eugene, buscaba un doblete poco menos que imposible. Y comenzó a amenazar en los últimos 200 metros. Fue un ataque sostenido, pero Mariano García resistió la primera andanada. También la segunda en la salida de la curva. También la tercera en los últimos 50 metros. El oro fue memorable.

Mariano García ganó con la fortaleza que muestra en el “trozo de tierra de 300 metros en que lleva corriendo toda la vida”. Múnich fue como su “estadio”, como si las gradas del Olímpico fueran el “mercadillo que colocan los sábados alrededor de la pista de tierra”. Campeón del mundo en pista cubierta, campeón de Europa de 800 al aire libre. La décima medalla del atletismo español en los Europeos fue el cuarto oro.