Fórmula Uno
Así desbancó Carlos Sainz a "El Elegido" Leclerc en Ferrari
En Italia, tras la victoria en Singapur, ya no se discute que el español tiene que ser la referencia de la «Scuderia». Los gestos de Sainz y su capacidad para poner a punto el monoplaza es algo de lo que carece el monegasco
En Ferrari, las últimas 24 horas han sido muy importantes. Después de mucho tiempo, muchos cambios, bandazos y un principio de temporada para tirar a la basura, al fin, llegó el primer triunfo del curso. El dominio que viene ejerciendo Red Bull desde el primer Gran Premio se diluyó, al menos, por una carrera. Y quien lo hizo fue Ferrari con uno de sus pilotos: Carlos Sainz.
La batalla interna que se está fraguando en Maranello promete ser intensa. El madrileño, con su trabajo, su constancia y su alto nivel de pilotaje ha roto todos los esquemas posibles y ha atacado a quienes pensaban que reinaban en Ferrari. El pasado año la cúpula de la compañía se dejó llevar por los consejos del representante de Charles Leclerc, que tras unos fallos de estrategia y algunas decisiones que beneficiaron al equipo, pero no a él, empezó a armar una política de ataque contra Mattia Binotto, jefe de la escudería que fue despedido el pasado año contra todo pronóstico tras las presiones del piloto. Nombraron al que Leclerc y su entorno propusieron, Frédéric Vasseur, y todo estaba preparado para que el monegasco se luciera. Sin embargo, la táctica le está saliendo mal.
Lo que la cúpula está viendo es que el considerado segundo piloto y al que han intentado borrar del mapa, de repente, se ha erigido como la mejor opción que existe en Ferrari. Y los resultados están llegando tras los numerosos errores de conducción de Leclerc.
Los hechos son evidentes. De las tres temporadas que casi ha completado ya el madrileño, en la primera acabó por delante en la clasificación general y en la actual también ha sumado más puntos que su compañero. El español no es más rápido que Leclerc, pero sí es mucho mejor a la hora de trabajar y buscar la mejor configuración del monoplaza. Y eso en la Fórmula Uno también cuenta y mucho. Además, aunque es algo habitual dentro de los equipos, Leclerc ha pedido demasiadas veces la telemetría de Sainz para ver los puntos donde era más lento e intentar entender las razones. Su problema es que cuando un piloto pone un monoplaza a punto para competir mejor lo hace teniendo en cuenta sus características de conducción, con lo cual en la mayoría de los casos lo que le vale a un piloto no le vale al otro. Y eso trae de cabeza a Leclerc, que en Italia ya no cuenta con el apoyo de antes.
Todos los «tifosi» acaban de descubrir a Sainz, que en los últimos meses ha dado un salto de calidad considerable en cuanto a velocidad y comportamiento en pista. Las radios, que son públicas, han reflejado la inteligencia que tiene el madrileño a la hora de leer las carreras y optar por una estrategia u otra. En ese sentido, Leclerc no es tan brillante y eso que cobra mucho más.
Después de mucho tiempo, Sainz ha conquistado el corazón de toda Ferrari y sus trabajadores, empezando, por ejemplo, por el hecho de residir allí, algo que muy pocos pilotos han hecho a lo largo de la historia. Ni siquiera Schumacher o Alonso tuvieron casa allí. Y Carlos, siempre que el calendario lo permite, acude a la fábrica. Algo que sorprendió a los responsables, que no sabían cómo encajar la presencia de un piloto titular de la escudería de F-1 pasando todos los días por la factoría.
Leclerc tiene al enemigo en casa. El pasado sábado aceptó ayudar a Sainz como segundo piloto. Y cumplió. Pero Sainz fue más allá y después de ganar la carrera nombró al actual jefe con un «Vamos Fred» (por Vasseur) y también a su ingeniero, «Vamos Ricki» (por Adami). En Italia el que gana es Ferrari, allí lo sienten como el conjunto, la marca y eso Carlos Sainz lo sabe mejor que nadie.
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