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Fórmula Uno

La autocrítica de Fernando Alonso con Aston Martin: "Es algo que tenemos que corregir..."

El asturiano se mostró contundente con estas declaraciones

Fernando Alonso, Aston Martin
Fernando Alonso después de una carreraTwitter

En el universo competitivo y muchas veces ingrato de la Fórmula 1, Fernando Alonso ha construido una carrera basada en la perseverancia, la lectura brillante de carrera y una ambición que no se mide solo en victorias. Uno de los momentos más recordados de su trayectoria es aquella icónica frase tras el Gran Premio de Australia: “Ahora podemos pelear”. Aquel mensaje, cargado de ilusión, no se tradujo en resultados en su momento, pero reflejaba fielmente la mentalidad del asturiano. Hoy, en 2025, ese espíritu sigue intacto.

En el Gran Premio de España, en un Circuit de Barcelona-Catalunya repleto de aficionados entregados, Alonso volvió a ser el de las grandes tardes. Sumó sus primeros puntos de la temporada en un contexto donde Aston Martin parecía perdido, víctima de su propio desarrollo técnico en años anteriores. Pero todo cambió.

La temporada 2024 había dejado cicatrices profundas en Aston Martin. Cada mejora traía un nuevo problema, cada actualización parecía ir en contra de la lógica competitiva. El coche se había convertido en un rompecabezas aerodinámico. Pero con la llegada del AMR25 y las primeras actualizaciones aplicadas en Ímola, algo cambió. El monoplaza volvió a encontrar vida, ya no era rápido solo en rectas o curvas rápidas, sino que ofrecía un rendimiento más equilibrado. Así lo explicó Andy Cowell, responsable del equipo: “El año pasado teníamos actualizaciones que podían ser buenas en alta velocidad y peores en baja. Ahora son buenas en alta, baja y media. Es un paso adelante”.

Esa evolución fue clave en Barcelona, donde Alonso logró meterse en la zona de puntos. Pero lo importante no fueron solo los dos puntos en sí, sino el modo en que los logró: con una lectura táctica brillante, aprovechando un coche de seguridad para pasar al ataque, ejecutando adelantamientos limpios y efectivos sobre jóvenes como Bortoleto, Bearman y Lawson. Volvía el Alonso maestro, ese que gestiona la carrera con precisión quirúrgica y deja sin respuesta a rivales con monoplazas más rápidos en teoría.

Aunque no hay confirmación pública de su implicación directa en el desarrollo del AMR25, la llegada del mítico ingeniero Adrian Newey al entorno de Aston Martin ha sido un factor clave para transformar la narrativa. Su mera presencia, sus libretas, su observación minuciosa del McLaren MCL-39 y su visión estratégica han generado un cambio de mentalidad dentro del equipo. Nadie puede medir aún cuánto ha influido, pero su sello se empieza a notar en la forma de evolucionar el monoplaza.

La FIA incluso revisó el coche antes de la última carrera, señal de que las mejoras son relevantes y visibles. Aston Martin ha logrado reconducir el rumbo técnico, y ahora compite en la zona media con posibilidades reales de batallar contra Alpine, Williams o los velocísimos Racing Bulls.

Más allá de las cifras y la estrategia, lo que dejó Barcelona fue una imagen clara: Fernando Alonso sigue teniendo hambre. A sus 43 años, corrió con el alma, empujado por un público entregado y con la convicción de que cada detalle importa. Terminó la clasificación con un grito de rabia y celebración, como si el tiempo no hubiera pasado desde aquellos años de gloria. Su mensaje tras la carrera fue claro: “Tenemos que empezar a pensar en adelantar en DRS como los demás, nada de maniobras suicidas”. Siempre exigente, siempre consciente de lo que falta por mejorar.

Apunta ya al Gran Premio de Canadá, que considera una pista favorable. Y lo hace con esperanza, con la sensación de que algo ha cambiado. Que el plan, esta vez, podría ir tomando forma. Que el esfuerzo de equipo, el trabajo en fábrica y su experiencia al volante pueden converger en una segunda parte de temporada más competitiva.

Los dos puntos de Barcelona no alteran demasiado la clasificación del campeonato: Aston Martin tiene 16, solo cinco más que Alpine. Pero sí alteran el estado de ánimo, la narrativa, la proyección. Son una declaración de que el camino trazado está funcionando. Que el coche ya no se arrastra por la pista, sino que compite. Que Alonso sigue, y quiere más.

Porque para Alonso, no se trata solo de acabar carreras. Se trata de pelear. Como dijo hace años, y como ahora vuelve a demostrar: “Ahora sí podemos pelear”.