Bale e Isco dan señales de vida

En los partidos de selecciones vuelven a ser protagonistas tras su paso atrás en el Real Madrid. Buscan revindicarse.

Isco fue titular el viernes con España mientras que Asensio y Lucas Vázquez entraron en la segunda parte. Justo al revés de lo que está ocurriendo ahora en el Real Madrid, donde el papel de los dos jugadores de banda está siendo más relevante y decisivo que el del mediapunta. Lopetegui, sin embargo, confía mucho en Isco y no sólo va a ir al Mundial sino que tiene pinta de que es un titular indiscutible en esta Selección, incluso si juega pocos minutos de aquí a final de temporada. Junto a Iniesta, Isco movió bien al equipo durante una primera media hora extraordinaria en la prueba de Alemania. Se pareció más al jugador de la temporada pasada que al que durante este invierno ha ido dejando cada vez menos rastro en el juego del equipo blanco. Ahora mismo, el seleccionador cree más en él de lo que cree Zidane, que le ha dejado en un papel secundario desde que le sustituyó en el minuto 79 del encuentro de ida del choque contra el PSG, el 14 de febrero. Jugó 8 minutos en París y en el último choque, contra el Girona, antes de estas semanas de parón, cuando no hacían falta rotaciones, sólo siete.

Con España fue uno de los jugadores principales, como lo fue Bale con Gales. Hizo tres goles de los seis que su selección marcó a China y con 29 tantos se convierte en el máximo goleador en la historia de su país. «Es de lo mejor que he logrado», aseguraba después la estrella británica, que encuentra en su selección un espacio que, cada vez más, le cuesta tener en el Real Madrid. En la eliminatoria contra el PSG, Bale sumó 36 minutos de los 180. Es decir, pese a que juega habitualmente, para los choques importantes parece que, ahora, Zidane le ve más como revulsivo que como futbolista titular. Lucas Vázquez se ha hecho un sitio en la banda derecha por la dedicación con la que juega y al entrenador francés le cuesta mucho quitarle.

Tanto Isco como Bale estuvieron en el choque contra el Espanyol, un partido que puso de muy mal humor a Zinedine Zidane porque se perdió y el Real Madrid cortó una racha que podía, al menos, situarle más cerca del Barcelona. Con episodios así, con el día a día, el francés ha ido perdiendo la confianza que podía tener en ambos, pero, por otra parte, sabe que los va a necesitar porque aún quedan muchas guerras por delante y tener a Isco y a Bale de tu lado hace las cosas más sencillas.

Con los partidos con sus selecciones ambos han demostrado que pueden ser útiles, que están vivos y que pueden dar guerra si se les da un poco de tiempo.