Con una base de jugadores nacionales y extranjeros identificados con el club, los de Pedro Martínez han disputado esta temporada todas las finales posibles, aunque las han perdido.

Finalista de la Copa del Rey, finalista de la Eurocopa y subcampeón en ambas competiciones. El Valencia afronta desde hoy su tercera final de la temporada, la segunda de su historia después de la de 2003, y lo hace en la campaña más sólida en sus 30 años de vida. «Para nosotros esta final es un momento histórico», asegura Pedro Martínez, el técnico de los «taronja» y detrás del que se asegura que está el Barça para emprender su reconstrucción.

Enfrente estará el mismo equipo que ha disputado las seis finales anteriores de la Liga Endesa y que defiende título, el Madrid. Los de Laso siguen un año más vivos a estas alturas de la temporada. El reto es lograr un nuevo doblete en el ejercicio más exigente que recuerda el técnico blanco. Campeones de Copa, presencia en una Final Four que terminó de aquella manera y casi obligados a ganar la Liga Endesa para que la temporada se cierre con un buen recuerdo. Llull, el corazón del grupo y que en unas semanas se casa, describe la realidad: «Somos muy conscientes de que todos nos dan por favoritos».

«Esto no se ha acabado y espero que sea una final larga. Firmo que nos estemos jugando el título a un partido y con un tiro de Llull en los segundos finales», afirma Pedro Martínez retando a un equipo que después de lo de Estambul ha seguido marcado por la «Llulldependencia». En el Valencia las cosas son distintas. Su fuerza es el bloque y así lo pudieron comprobar dos equipos a los que nunca había derrotado en los «playoffs». Su balance con el Barça era 4-0 hasta estos cuartos de final y 3-0 con el Baskonia hasta las recientes semifinales. Al Madrid (4-0) tampoco le ha ganado jamás una serie. El club que luce «Cultura del Esfuerzo» en sus camisetas quiere que la final también sea una primera vez. La clasificación para la lucha por el título supone que la próxima temporada serán el quinto equipo español en la Euroliga y eso resta la poca presión que podían tener el Valencia ante esta serie a cinco partidos.

La fórmula con la que el club ha vuelto a instalarse en la élite está directamente vinculada a la que siguió el Real Madrid para protagonizar uno de los ciclos más brillantes de su historia. Un núcleo de jugadores españoles de nivel y un cupo de extranjeros que no están de paso y que se identifican con el club. Guillem Vives, Rafa Martínez, Joan Sastre, Pierre Oriola y por encima de todos Fernando San Emeterio. San Eme es el alma del equipo y su papel fue vital en la eliminatoria ante sus ex del Baskonia. «Hemos sufrido mucho, pero estamos viviendo un año espectacular. A la final llegamos sin nada que perder y ellos son los favoritos», comenta.

El mérito del Valencia ha sido levantarse después de caer en la final de la Eurocopa ante Unicaja. Aquella derrota, después de un último cuarto nefasto, dejó tocado al equipo, pero en los «playoffs» se ha rearmado y es aquí donde aparecen jugadores que llevan casi toda la vida en el club: Sato (4 temporadas) y Dubljevic (5). El pívot montenegrino es el jugador más diferente de la plantilla y la gran amenaza para el Madrid. No están solos. Sikma (2) y Diot (2) se han adaptado a la filosofía «taronja» como si hubieran salido del que es el proyecto más ambicioso del club y que pronto entrará en funcionamiento: L’Alqueria del Básquet. Se trata de una especie de Masía del Valencia Basket en el que a finales de año tendrán cabida más de un millar de niños.

Rafa Martínez, el capitán de los valencianos y que coincidió dos años con Llull en la etapa de este en Manresa, fija el objetivo de su equipo: «Si estamos a buen nivel tendremos opciones de ganar algún partido en Madrid y eso lo cambia todo». Fue la clave para superar la serie ante el Baskonia, pero los tres precedentes de esta temporada han terminado con victorias del Madrid.