Ciclismo

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Los favoritos llegan en manada

Las rampas de Mas de la Costa no consiguen despegar a los cuatro primeros clasificados de la general. Contador fue el único que atacó en una etapa que ganó el suizo Mathias Frank.

El ciclista suizo del equipo IAM, Mathias Frank, en el podium tras proclamarse el vencedor de la décimoséptima etapa de la Vuelta Ciclista a España
El ciclista suizo del equipo IAM, Mathias Frank, en el podium tras proclamarse el vencedor de la décimoséptima etapa de la Vuelta Ciclista a Españalarazon

Las rampas de Mas de la Costa no consiguen despegar a los cuatro primeros clasificados de la general. Contador fue el único que atacó en una etapa que ganó el suizo Mathias Frank.

Alberto Contador y sus compañeros de equipo del Tinkoff calentaban en el rodillo en la salida de Castellón. A los 20 kilómetros de etapa los ciclistas ya debían enfrentarse al primer puerto del día, el Desierto de Las Palmas. Los rivales de Alberto se imaginaban lo peor, otra batalla larga antes de acabar en las rampas imposibles de Mas de la Costa. Pero esas rampas del final asustaban y los favoritos esperaron al último kilómetro y medio para moverse.

Fue Contador, como es habitual, el primero en lanzar los ataques. Ya conocía la subida. La había inspeccionado una vez en coche, antes de la Vuelta la examinó en bici y en la jornada de descanso volvió a hacerlo. Además, no hay otro corredor tan inconformista como él. Sólo cinco segundos le separan de Chaves y del podio. Una distancia casi imposible de defender en la contrarreloj de mañana para el colombiano. A Alberto le bastaría con esperar a la crono para atacar la tercera plaza. Pero no le motiva aparecer en el tercer escalón de la foto. En las grandes, si sube al podio es para ocupar el primer lugar, nunca para escoltar al ganador. Y esa ambición es la que le mueve también hasta el final. «Si termino segundo o tercero me tengo que conformar, porque no he podido hacer más, pero hasta que se pase la última línea de meta no me gustaría firmar nada», advierte.

Contador sólo pudo coger unos metros en su arrancada. No era fácil tomar distancia cuando las fuerzas son parecidas. En cuestas como las que tenían que afrontar los ciclistas, que alcanzaban hasta un 21 por ciento de desnivel, con un calor sofocante y con carreteras de cemento, sólo un desfallecimiento de alguno de los mejores podía haber provocado diferencias importantes.

Pero no. Ni siquiera Chris Froome, al que más le cuesta enfrentarse a este tipo de subidas, en las que resulta casi imposible marcarse un ritmo constante de ascensión, perdió tiempo. Se descolgó en las dos arrancadas de Alberto, pero volvió a engancharse con los mejores. Se trataba sólo de agarrarse al asfalto. El británico no era el primer objetivo de Alberto. «Quería probar cómo iba Chaves», asegura. Pero el colombiano respondió con la misma seguridad que su compatriota Nairo.

Los favoritos se olvidaron de la victoria de etapa. La gloria parcial era cosa de los supervivientes de la escapada, una costumbre ya, de la de que se aprovechó el suizo Mathias Frank. Los «jefes» ya piensan en la contrarreloj y en la subida a Aitana. «Es un puerto más fácil para hacer diferencias», asegura Contador.