Vuelta a España 2025

Mikel Landa, de no poder ver el Giro a buscar una etapa en la Vuelta

Llega a la Vuelta después de romperse una vértebra en la primera jornada de la carrera italiana. Ganar una etapa, su objetivo

TURÍN, 21/08/2025.- El ciclista alavés Mikel Landa (Soudal-Quick Step) llega a la salida de Turín de la 80ª Vuelta a España con "ambición y ganas" de intentar ganar una etapa, pero consciente de que deberá comprobar definitivamente su recuperación tras haber competido tan solo hace un par de semanas en la Vuelta a Burgos después de su grave caída en la primera etapa del Giro de Italia. EFE/ Javier Lizón
Mikel Landa: "Me encantaría ganar una etapa"Javier LizónAgencia EFE

El ambiente es futbolero en la concentración del Soudal Quick Step. El hotel, que pertenece a la Juventus y que comparte con el UAE y con el Bahrain, está al lado del campo de entrenamiento del equipo bianconero. Locatelli, uno de los internacionales del equipo, ha aparcado en la puerta. Chiellini, leyenda del club ahora en tareas directivas, come en el restaurante del hotel y la «Sala de porteros» acoge la rueda de prensa de Mikel Landa, que minutos antes se paseaba con una camiseta de la Juventus de los tiempos de Platini.

Pero es la Vuelta la que le ha llevado hasta allí, de regreso a Italia, donde el 9 de mayo se fracturó una vértebra en una caída que le obligó a abandonar el Giro en la primera etapa. Mikel, que cumple 36 años en diciembre, ya no piensa a lo grande. No se imagina en el podio. Hace diez años de su única victoria en la Vuelta a España, en aquel 2015 en el que se le esperaba para pelear por la victoria y en el que acabó ayudando a que lo hiciera su compañero Fabio Aru.

«En los últimos diez años ha pasado de todo, momentos buenos, momentos malos, pero contento de volver a estar aquí en la Vuelta. Estoy como en casa, con carreteras que conoces», dice, Pero con incertidumbre sobre su estado físico. El alavés reapareció en Burgos, hace dos semanas y allí pudo volver a sentirse ciclista. «En Burgos me costó, pero me sirvió para romper la barrera, quitarme el miedo a exprimir el cuerpo, a llegar al límite. El cuerpo respondió bien, la espalda está bien», reconoce. Pero su objetivo ya no es subir al podio el último día sino antes. «Me encantaría ganar una etapa, es el objetivo más realista, pero lo veo difícil. Día a día», asume Mikel.

El camino para llegar a Turín no ha sido sencillo. «Fue un golpe duro acabar el Giro así por el trabajo y el esfuerzo que había puesto, la motivación que tenía, fue un palo. Una vez en casa parecía que la recuperación iba a ser lenta, me pusieron un corsé a los dos días. Pude empezar a caminar un poco, luego piscina. Cada semana tenía una nueva motivación, en seguida me puse en el rodillo, pero entrenar ha sido duro porque hay días que estás bien, otros que estás mal, que ni puedes seguir el programa. Lo normal en las recuperaciones», reconoce.

Pero antes de correr en Burgos le llegó el bajón. «Quería que se acabara la temporada, pero ahora tengo muchas ganas de correr la Vuelta, Lombardía, el Mundial. Son carreras muy bonitas. Quiero aprovechar la Vuelta para coger esa forma», explica. Del Mundial ya ha hablado con Alejandro Valverde, antiguo compañero suyo y ahora seleccionador. Es un objetivo que le ilusiona y que le ha ayudado a seguir, aunque esta vez su cabeza no ha sufrido demasiado más allá de las dudas lógicas después de la lesión.

«Esta vez no le di vueltas. Tenía claro que quería volver, me ha servido para estar en casa, romper un ciclo de muchas concentraciones, muchas carreras», asume. Aunque los primeros días no fueron sencillos. «El Giro no lo pude ver, me entraba envidia, rabia, fui incapaz de verlo. Me dio rabia. El Tour ya lo vi», añade.

Ahora se enfrenta a su octava Vuelta con la pena de no poder despedirse de Evenepoel, que abandona el equipo y con el que no ha corrido este año.