Recorrido oficial
El Tourmalet, el Angliru y una sorpresa para decidir la Vuelta 2023
La carrera española, que nacerá en Barcelona, recupera la subida a la mítica montaña francesa, adonde no pudo llegar en 2020
En la Vuelta siempre hay escondida una sorpresa que puede cambiar el rumbo de la carrera en el último momento. Una jornada de esas que no necesitan finales en alto para elegir al ganador. Esa es la penúltima etapa de este año, 200 kilómetros por la sierra de Madrid en la que los ciclistas tendrán que subir diez puertos, muchos de ellos en dos ocasiones, antes de llegar a la meta de Guadarrama.
Un final con aroma clásico antes de llegar al paseo definitivo por las calles de Madrid, este año con una salida muy especial desde el Hipódromo de La Zarzuela. Los caballos dejan paso a las bicis en la mañana del domingo 17 de septiembre en que la diosa Cibeles coronará al campeón.
Antes de llegar ahí, los ciclistas tendrán que enfrentarse con algunos enemigos clásico, como el Angliru, y otros inéditos. Ocho de los finales se estrenan en la carrera, que tiene diez llegadas en alto, casi la mitad de las etapas terminan hacia arriba.
La Vuelta nace en Barcelona el día 26 de agosto, con una contrarreloj por equipos. Y recupera su estructura tradicional, con sólo dos días de descanso, que el año pasado se alteró con una jornada más de asueto para mover al pelotón desde Países Bajos, donde comenzaba el recorrido.
Es una Vuelta con vocación internacional, que pasa por tres países. En la tercera jornada ya se adentra en Andorra, con un final exigente en Arinsal, después de pasar por el col de Ordino. Son sólo dos puertos, pero muy duros para el tercer día de carrera.
La otra excursión fuera del territorio español llevará al pelotón hasta el mítico Tourmalet, una ascensión que la organización tiene pendiente desde que tuvo que suspenderla en la edición de 2020. Era el año del confinamiento y el estado de emergencia decretado en Francia hizo variar los planes de la carrera, que sustituyó el Tourmalet por Formigal. Unipublic hace un guiño a aquella etapa y la decimotercera jornada de este año comenzará en la estación de esquí oscense para finalizar en la cima francesa.
Después de la llegada al Tourmalet la Vuelta subirá a Larra-Belagua, en Navarra y encadenará todavía una tercera etapa montañosa, aunque sin final en alto, con llegada en Lekunberri, una etapa que resultó espectacular en 2020 con la victoria de Marc Soler.
Para el final queda el obligado paso por Cantabria y por Asturias. En territorio cántabro, la Vuelta estrenará el final en Bejes, un puerto de segunda con el que comenzará la semana decisiva de la Vuelta. Después, el Angliru y otro final que se estrena, La Cruz de Linares, un puerto de primera que se asciende dos veces y después de que los ciclistas ya hayan pasado por Las Estacas, San Lorenzo, otro de primera, y Tenebredo.
«La montaña forma parte del ADN de la Vuelta y nos hará vibrar de nuevo en 2023», dice el director general de Unipublic y de la carrera, Javier Guillén. «Llegar al Tourmalet será un hito en la historia de nuestra carrera y será el gran coloso de este año junto al Angliru. Seguimos buscando nuevas cimas que nos hagan disfrutar del mejor ciclismo y en esa búsqueda descubrimos nuevos finales en Larra- Belagua, Cruz de Linares o Bejes, y puertos de paso como Larrau o Issarbe», añade.
La Vuelta mantiene la tendencia de los últimos años, con dos etapas contra el reloj. Tras la contrarreloj por equipos por las calles de Barcelona llegará después del primer día de descanso un recorrido de 25 kilómetros contra el crono con salida y llegada en Valladolid. En total, 39,6 kilómetros contrarreloj.
Después de la etapa de Valladolid queda todavía mucha carrera por delante como para que la pelea contra el crono vaya a ser decisiva. Aunque algo parecido sucedió el año pasado y esa etapa en Alicante fue la confirmación de que Remco Evenepoel era el corredor más fuerte de la Vuelta.
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