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¿Cómo afecta la altitud de Madrid al tenis?

El Mutua Madrid Open tampoco se va a disputar esta temporada
El Mutua Madrid Open tampoco se va a disputar esta temporadalarazon

"Sé que mucha gente no lo entenderá, pero los que estamos aquí abajo sabemos que jugar en altitud es diferente a hacerlo a nivel del mar", aseguró Rafa Nadal después de superar la primera ronda en el Mutua Madrid Open ante Felix Auger-Aliassime. Pues aquí va una explicación, a través de Gregorio Maqueda, profesor de la facultad de Físicas de la Universidad Complutense de Madrid, que amablemente aceptó la petición de este periódico. Analizarlo en profundidad es complejo porque influyen varios factores, pero la clave de todo está en la "densidad del aire". "El efecto que tiene la altitud sobre el movimiento de la pelota es debida a la variación de la densidad del aire, que disminuye con la altura. Por ejemplo, en la Caja Mágica, que se encuentra aproximadamente a 600 metros sobre el nivel del mar, el aire reduce su densidad un 7% de su valor respecto al nivel del nivel del mar (digamos en Valencia, por ejemplo). La densidad del aire también depende de otras propiedades como la temperatura o la humedad, pero de menor influencia o menos relacionadas con el cambio de altura", dice Maqueda, antes de desvelar las consecuencias de ese cambio de densidad: "Si no existiera aire, la pelota lanzada desde la raqueta de un tenista con un determinado impulso seguiría una trayectoria parabólica con una velocidad bien definida por la ley física que describe el movimiento de los proyectiles. Pero la existencia de aire hace que la pelota se tenga que abrir camino en él, apartando moléculas de aire y, por tanto, teniendo que vencer una fuerza de rozamiento. Esta fuerza de rozamiento frena el movimiento, haciendo que el recorrido sea más corto (la trayectoria parabólica se altera) y la velocidad disminuye".

Ahí está la clave: al haber menos densidad de aire en Madrid que a nivel del mar, la pelota tiene menos resistencia a este y por eso va más rápida y va más lejos, de ahí que los jugadores digan en muchas ocasiones que la bola "vuela más"y que tienen menos sensación de control, y a la mínima se les va larga. "Para jugar en Madrid hay que tener mentalidad de pista dura", admitió Federer, que ha vuelto a disputar la gira de tierra batida tras dos temporadas sin hacerlo. La capital de España le gusta porque se adapta mejor a sus cualidades. Pero también a Nadal, que ha ganado ahí más que nadie. "Sabemos que es el torneo de tierra más distinto, que todo va un poco más rápido, pero lo importante en esta superficie es el desplazamiento, y aquí en Madrid es el mismo que en otro sitio", asegura Moyá, el entrenador de Nadal. "A mí me gusta jugar en altitud", explica Rafa. Pero necesita un poco de adaptación para sentir y controlar mejor la bola y los golpes.