Liga de Naciones
Francia remonta a Bélgica (2-3) y jugará la final de la Liga de Naciones con España
Carrasco y Lukaku, con un golazo, habían adelantado al equipo de Roberto Martínez. Benzema redujo diferencias, Mbappé, de penalti, puso el 2-2 y Theo dio la vuelta al marcador
España ya sabe lo que le espera en la final de la Liga de Naciones: un rival que no se rinde aunque todo parezca perdido, un equipazo que tiene de todo, fútbol y carácter, para dar la vuelta a un resultado imposible. Francia será el último obstáculo de los chicos de Luis Enrique después de protagonizar una remontada de esas que se recordarán por mucho tiempo. El conjunto galo llegó perdiendo 2-0 al descanso y enfrente no había un cualquiera, era la Bélgica de De Bruyne, Lukaku y Hazard. Mucho poderío. Pero en la segunda parte lo metió atrás, lo encerró, lo atacó por todos lados y logró dar la voltear el resultado en una conclusión en la que pudo pasar cualquier cosa, ya que justo antes del tanto definitivo de Theo Hernández, el VAR anuló uno de Lukaku por fuera de juego.
Precisamente Lukaku fue quien hizo volar al equipo de Roberto Martínez con una diana brillante. Es un gigante el delantero del Chelsea, el hombre que más dinero ha movido en traspasos en la historia del fútbol, pero engaña y se mueve con una coordinación sorprendente. El pase de De Bruyne lo dejó pasar y Lucas Hernández cayó en el engaño. Los pocos centímetros que le sacó fueron suficientes para encarar la portería y batir a Lloris con un cañonazo muy complicado porque casi no tenía ángulo. El portero apenas pudo reaccionar. Claro que antes ni se había movido, en el primer gol. Carrasco encaró a Pavard se fue de él y cuando parecía que iba a lanzar al palo más alejado, cambió la dirección con un giro de tobillo y rompió la cintura del portero, que además estaba tapado por sus compañeros. Fue como un regate a distancia lo del jugador del Atlético.
Así llegó con ventaja Bélgica al descanso en un partido que tuvo mucho ritmo. Se movía la pelota muy rápido de un lado a otro y las ocasiones empezaron a sucederse. La primera y más clara fue de De Bruyne, detenido por una buena intervención de Lloris. Roberto Martínez y Deschamps prácticamente fotocopiaron el planteamiento con tres centrales, cuatro en el medio y tres arriba, y más que autoeliminarse se encontraron las cosquillas. Bélgica más a través del balón, que movía con velocidad, y Francia con las carreras de sus atacantes, sobre todo Mbappé en un par de llegadas, especialmente una en la que se adelantó a todos y dejó la pelota de tacón con Courtois superado, pero no encontró a un compañero. Era su primer partido desde la entrevista en la que reconoció que en julio quería irse del PSG y que de momento no había renovado, lo que hace que los aficionados del Real Madrid se froten las manos. No tan contentos les pone la actuación de Hazard. La pidió y participó, pero le cuesta ser decisivo. Acabó sustituido.
Benzema, en cambio, está de dulce, tanto en su equipo como con su selección. Marcó un gran gol que dejó una de esas fotos icónicas, porque a su alrededor no había más que jugadores rojos, pero se las apañó para girarse y encontrar un hueco. Había combinado con Mbappé y el tanto fue merecido, porque Francia ya había ido con todo al ataque. Bélgica se asustó y fue su ruina. El equipo del gallo arriesgó en la presión y convirtió el partido en un ataque constante. Antes de Karim lo habían intentado Pogba y Griezmann, que se convirtió en el catalizador del juego. Al atlético, además, le hicieron el penalti que el árbitro pitó tras ser avisado por el VAR y que Mbappé ejecutó de forma impecable. Con el empate se estiró Bélgica y marcó Lukaku en fuera de juego. Theo, en cambio, aprovechó una llegada para fusilar a Courtois en una noche histórica.
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