Fútbol
Eriksen vuelve a jugar al fútbol 259 después de su paro cardíaco
El danés salió en la segunda parte del Brentford-Newcastle. El pasado 12 de junio en la Eurocopa estuvo «muerto cinco minutos» en el césped
La ovación fue de las buenas, y no es para menos porque muchas historias trascienden lo que es el fútbol puro y duro. Era el minuto 52 del encuentro entre el Brentford y el Newcastle y todo el Community Stadium se puso en pie para aplaudir la entrada al campo de Christian Eriksen, en lo que supone su feliz vuelta a la competición. La última vez que salió de un terreno de juego en un partido oficial fue en una camilla y todo el mundo del fútbol quedó sobrecogido. Fue en la Europa, hace 259 días, en el que pudo ser fatídico día. Dinamarca se enfrentaba a Finlandia y el centrocampista se desplomó literalmente en el suelo sin motivo aparente. La reacción de sus compañeros fue espectacular, especialmente la del capitán Kjaer, y la rápida intervención de los médicos evitó lo peor. Sufrió una parada cardiaca y si no le hubieran atendido en el mismo césped no hubiera podido salir adelante. «Estuve muerto cinco minutos», ha confesado recientemente en una entrevista en los medios de su club.
A partir de ahí comenzó una carrera para volver a jugar al fútbol. En la citada entrevista reconoce que en un primer momento le dijo a su mujer que lo dejaba, con todo reciente, después de ser operado y de que le colocaran un desfibrilador, pero también le advirtió que podía cambiar de opinión. Y las sensaciones fueron decidiendo por él muy poco a poco. «Al principio fue muy difícil. Los primeros tres meses no hice nada y después estuve haciendo rehabilitación. Era difícil ver los partidos porque siempre pensaba que quería estar allí, así que dejé de hacerlo. Mi cabeza estaba centrada en mi familia y mis seres queridos», confiesa Eriksen. Conforme le fueron dando el «ok» los médicos fue trabajando más y más, aunque tuvo que rescindir su contrato con el Inter de Milán porque en la Serie A está prohibido jugar con un desfibrilador. Se mantuvo en forma y en enero se confirmó que podía cumplir lo que tanto deseaba: fichó por el Brentford, regresó a la Premier, campeonato que conoce porque estuvo siete años en el Tottenham. «Poder tocar el balón, oler el césped, calzarme las botas, la ilusión del estadio, de la afición, de los compañeros… Todo me empieza a volver», confesó después de los primeros entrenamientos.
Volver a un partido oficial ha sido el siguiente paso en la búsqueda de su objetivo: quiere ser un futbolista, nada más, y que su imagen no quede ligada a lo que le sucedió. Su meta este 2022 es estar en el Mundial de Qatar.
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