Fútbol

Iniesta saca a Lotina del caserío

El Vissel Kobe lo ha fichado para intentar salvarlo del decenso. Ha cambiado su pueblo, donde estaba descansando, por Japón

Miguel Ángel Lotina como entrenador del Vissel Kobe.
Miguel Ángel Lotina como entrenador del Vissel Kobe.© VISSEL KOBE© VISSEL KOBE/EFE

Miguel Ángel Lotina se había refugiado en su pueblo, Meñaka, para olvidarse del ajetreo de los banquillos después de varios años de experiencia en el fútbol japonés. En esa localidad vizcaína de apenas 500 habitantes se crio soñando que algún día podía jugar en el Athletic. No aprendió a hablar en español hasta los 9 años, cuando tuvo que ir al colegio. Su vida estaba en el caserío familiar, donde se manejaba en euskera, en una familia numerosa dedicada a la ganadería. Allí, en el pueblo donde su padre se ganaba la vida ordeñando a las vacas, encuentra él ahora la tranquilidad que le roba el fútbol.

Y de allí sólo le ha sacado la ilusión de entrenar a Andrés Iniesta y, quizá, poder retirarse juntos los dos. El Vissel Kobe, el equipo que ahora dirige el preparador vizcaíno, es penúltimo en la clasificación, con cuatro empates y seis derrotas en diez jornadas. Ninguna victoria y la inercia tampoco ha cambiado con el debut de Lotina. Perdíó 3-1 contra el F. C. Tokyo, pero el club ha confiado en él por su trayectoria. En Japón ha entrenado al histórico Verdy, aunque estaba en la segunda división, al Cerezo y al Shimizu. Había pasado por Chipre y por Catar antes de aterrizar en Japón en 2017.

Cartel de presentación d Miguel Ángel Lotina como nuevo técnico del Vissel Kobe
Cartel de presentación d Miguel Ángel Lotina como nuevo técnico del Vissel KobeVISSEL KOBEVISSEL KOBE

Lotina, como tantos otros entrenadores, ha tenido que buscarse la vida fuera de España después de muchos años en la élite. Le pesaban los descensos acumulados y cierta fama de gafe que los resultados no justifican. Ha descendido con tres equipos: Dépor, Real Sociedad y Villarreal, aunque también descendieron el Logroñés y el Celta, aunque a él no le dejaran acabar la temporada. Pero también fue el entrenador que clasificó al Celta para la Liga de Campeones y al Espanyol para la UEFA. Y, por supuesto, el técnico que hizo soñar al Numancia en aquella eliminatoria de Copa en el año 96, cuando el equipo soriano estaba en Segunda B.

Pero hay veces que es mejor huir. Cani, al que entrenó en el Villarreal, contaba que no se sabía los nombres de los jugadores. «A Musacchio y a Zapata los llemaba Manucho y Lozano», aseguraba en una charla en youtube. «Y con los rivales era peor, a Coutinho le llamaba Coentrao y a Wakaso le llamó de siete formas diferentes», añadía el jugador aragonés.

Ahora que está cerca de cumplir los 65, afronta el reto definitivo de su carrera. En Kobe, además, de con Iniesta, se ha encontrado con otros dos canteranos del Barça, Samper y Bojan, que probablemente le hagan más fácil el trabajo. «Japón me ha cambiado mucho», confesaba hace unos meses en una entrevista en el diario «Deia». Allí aprendió que los japoneses conviven mal con el error, por eso a veces no se atreven a hacer cosas para no fallar. «Les digo que hay que fallar, esto es un juego de errores, si no arriesgas, claro que no fallas. Eso no lo entienden», dice. Pero Lotina se atreve siempre. “Según me lo pidieron dije que sí. No dudé ni un segundo. Es un reto, porque es mucha responsabilidad, pero a la vez es un regalo”, reconoce.