Una final para España
Luis Enrique: «No pienso trabajar acciones a balón parado»
España necesita ganar a Portugal para llegar a la fase final de la Liga de Naciones
Portugal fue la ganadora de la primera edición de la Liga de Naciones; España, finalista en la segunda edición. Ahora solo una de las dos llegará a la fase final, aunque los portugueses tienen ventaja. Y España llega con las dudas generadas por la derrota contra Suiza el pasado sábado.
«Esto es el fútbol profesional y lo importante es que yo no vea dudas donde no tiene que haberlas. Está todo muy igualado. Nosotros estamos en una situación de cambio generacional, [contra Suiza] había siete jugadores con edad sub’21 en nuestra selección que pueden ir al Mundial. Nosotros estamos en una idea de crecer, pero aceptamos la responsabilidad que tenemos, la exigencia que tenemos. El camino ha sido muy positivo», explica Luis Enrique.
Las dudas llegan sobre todo de la debilidad defensiva, que se hizo más visible en las jugadas a balón parado. Pero ese no es un detalle que preocupe al seleccionador. «Las acciones a balón parado da igual que las entrenes y da igual que seas once contra nueve, te pueden marcar gol. Recuerdo un club en el que lo entrenábamos cada día y seguía siendo un desastre. No pienso trabajar acciones a balón parado. Las entrenamos en vídeo porque no tengo tiempo para eso. Las trabajamos en ataque; en defensa, las analizamos en vídeo. Con el tiempo que tengo... Me ha pasado en los clubes y da igual», explica Luis Enrique.
Hay equipos que sostienen sus resultados a partir del rendimiento que le sacan a las jugadas con la pelota parada y otros que los buscan a partir del juego. Suelen ser más fiables a largo plazo los segundos y España es de esos.
Tampoco cree Luis Enrique que la selección tenga problemas en defensa, algo que él entiende como una labor de todo el equipo. «La línea más potente que tengo es la defensa. No la más débil. No hay una línea sola que tiene que defender, defienden todos y para atacar, igual. No atacan solo los delanteros que están fumándose un cigarrito esperando a que les llegue el balón. Atacamos desde Unai Simón. La línea más fuerte que tengo es la línea defensiva», insiste el seleccionador.
El trabajo defensivo es una de las exigencias para los delanteros y es una de las cosas, aparte de los goles y de su participación en el juego ofensivo, que más valora de Álvaro Morata. Por eso también otros delanteros se quedan fuera de las convocatorias.
A Luis Enrique no le cambian los planes ni las urgencias ni las derrotas. Insiste en que España siempre juega igual, incluso cuando entra desde el inicio un delantero centro que no es delantero centro. «Independientemente de quién juegue de 9 tiene que hacer lo mismo. La misma orden tienen Álvaro Morata y Borja Iglesias que Marco Asensio. Lo que cambia es que no es lo mismo un jugador que otro. Álvaro es un rematador; Marco es más para asociarse, para hacer un control orientado y Borja es un jugador de referencia como Álvaro. Salen cosas diferentes, por eso decidiremos en función de lo que podamos hacer», dice.
Una teoría en la que insiste Pablo Sarabia, que en alguna ocasión ha tenido que cumplir con esa función de «falso 9» que contra Suiza ocupó Marco Asensio. «El 9 tiene la misma idea dentro del campo. Hay jugadores que son más asociativos, pero la idea es la misma. Para mí no cambia nada, tengo mis funciones, las directrices que da el entrenador y es lo mismo y la misma idea para hacer el mayor daño al equipo rival», explica el jugador del PSG.
«Nosotros lo vamos a plantear como si fueran los cuartos de final del Mundial de Qatar. Son 90 minutos y solo nos vale ganar», asegura el seleccionador. Una final para la selección, aunque eso no va a cambiar el planteamiento. «No especulamos nunca. Y mañana tampoco vamos a especular. Una final es una final. No se juegan muchas finales a lo largo de una carrera y menos con la selección. Estamos aquí y estoy seguro de que vamos a dar la talla», añade el preparador español.
Para España es la oportunidad más rápida de ganar un título. Después del compromiso contra Portugal solo quedarían dos partidos, la semifinal y la final. En el Mundial, que es el objetivo principal y el que llega antes, son siete partidos los que hay que superar.
Para eso la Roja debería recuperar la precisión que le faltó en el partido contra Suiza. Aunque después de analizar el partido a Luis Enrique ya no le parece que España estuviera tan imprecisa colectivamente en la primera parte. «Desde la posición que vemos el partido es un desastre. Cuando analizas el encuentro y lo ves en profundidad no fue tan mala la primera parte. Fuimos imprecisos, pero no de manera tan general y tengo que destacar el papel defensivo de Suiza. Tuvieron la fortuna de hacer dos goles a balón parado, que es una acción donde desaparecen las diferencias entre los equipos», reconoce el seleccionador. El balón parado. Esa casualidad que castigó a España.
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