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Fútbol

Barcelona - Real Madrid (1-2): Hey Jude

Es diferencial por lo que juega y por lo que marca

Y a se puede decir: Jude Bellingham es el mejor fichaje de la temporada en LaLiga. Un futbolista diferencial por lo que juega y por lo que marca. Un futbolista por encima del resto de sus compañeros del campeonato. Había algunas burlas en las redes acerca de los goles que había marcado el inglés durante este curso. Los muchos goles, por cierto. Las bromas dejaban entender que muchos de ellos eran cosa de empujar.

La vida real, en fin, es otra cosa. Los goles de Bellingham están conduciendo al Madrid en un comienzo espectacular, que terminó de coronarse en el campo del Barcelona, el mejor sitio donde hacerlo. Estaba siendo un día complicado para el inglés, que no podía jugar por medio, porque los centrocampistas del Barcelona, los numerosos jugadores del centro del campo que dibujo Xavi le impedían el paso. Eso, en la primera parte. En la segunda no lo impidió nadie. Agarrado a él, salió el Real Madrid de su atonía y se llevó los tres puntos de Montjuic y un golpe de mano para lo que queda de curso. Son dos equipos muy igualados, pero el Madrid tiene a Bellingham y el Barcelona, pues no.

Bellingham empató el partido con un trallazo en la segunda mitad. Le llegó un balón de un rechace, no muy cerca del área, pero extrañamente solo y se marcó trallazo de esos que te quedas vacío. Ter Stegen no llegó ni para rozar la pelota. No fue la mejor estirada del casi siempre seguro portero azulgrana. El partido ya estaba para el Madrid, con muchos minutos ya jugados y que pesaban más en las piernas de los barcelonistas. Valverde ya corría, Modric lo veía con claridad, Joselu ganaba duelos y Bellingham, quién si no, llegaba al área pequeña con su voracidad habitual. El partido llegaba al final con empate cuando Carvajal puso un balón en el área, Modric lo intentó controlar, no lo hizo, pero sí calmó la pelota y llegó Bellingham, porque es el más listo, porque no es un delantero, es un futbolista total y desniveló el Clásico.

El inglés despertó al Madrid cuando más lo necesitaba después de una primera parte en la que a los de Ancelotti le costó muchísimo entrar en el partido. Se marcharon al descanso sin tirar a puerta. Era, se supone, porque estaban esperando su momento. El Madrid jugó mejor cuando contó con un centrocampista más: Camavinga de lateral izquierdo, que es lo que de verdad le pide el cuerpo a Ancelotti. Mendy se lesionó, otra vez, al comienzo de la segunda parte, salió el francés y es verdad que el equipo se sintió más compacto.

Al Madrid le costó entrar porque Vinicius no estuvo para nadie, sobre todo en la primera mitad. Ni siquiera hizo falta que le sacaran del partido. Se perdió en batallas que no servían al bien común. Con el brasileño descentrado, el Real Madrid perdió su mejor arma de ataque en los días grises y este lo era. Vini no eligió bien casi nunca y el Madrid, durante la primera parte fue un equipo mudo en ataque. La única ocasión fue un remate de Carvajal, fuerte pero sin ángulo, en el que nunca sintió peligro Ter Stegen. El equipo de Ancelotti no estuvo en ataque porque Rodrygo se hartó de correr para nada y Bellingham no encontró ni un pequeño hueco por el centro. Después los encontró todos.

Xavi llenó el partido de centrocentrompista con Balde y con Cancelo en las bandas pero muy altos, sobre todo Cancelo que casi hacía de delantero. Balde tenía que estar más atento en la defensa cuando el Madrid pasaba el centro del campo. Con tantos hombres por el centro, Xavi ganó de salida a Ancelotti. Kroos, Tchouameni y Valverde no se bastaban para organizarse ni para tener el balón. El alemán fue quien lo más intento, pero no se sintió acompañado. Los problemas del Real Madrid fueron varios: la incomparecencia de Vinicius, la minoría en el centro y el despiste habitual en defensa cuando comienzan los partidos.

En el minuto 6 se encontró con un gol en contra que ya le condicionó todo el partido. Estuvo bien el Barcelona, con Gundogan acabando la jugada y mal el Madrid, especialmente Alaba, que no se encuentra este curso. El austríaco nunca ha sido el defensor más contundente, pero es lo suplía con otras virtudes. Puede ser que la ausencia de Militao le está pesando a él mucho más que a cualquiera.

Fermín se movía con mucha facilidad por el medio y el Barcelona jugaba muy cómodo buscando los desmarques de Joao Felix. Fue superior en el campo, pero sólo hizo un gol. Muy poco para aguantar a Bellingham.

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