Fútbol
Borussia Dortmund - Real Madrid: Así viven en la ciudad de Lunin la final de la Champions
En la Escuela de Deporte de Krasnohrad han vivido con emoción la temporada del portero del Real Madrid, pese al miedo y la incertidumbre. Pero jugar la final está difícil
Antes de la multitudinaria conferencia de Prensa que dio Ancelotti el lunes, en el día oficial para los medios por la final de la Champions, en las pantallas de la sala de Prensa de Valdebebas, la televisión del Real Madrid mostraba el camino hacia la final, los partidos contra el Manchester City. En sus resúmenes sólo se ven los goles del Real Madrid, pero del encuentro de vuelta, además de los tantos blancos, también se vieron los penaltis lanzados por el equipo de Pep Guardiola. Y ahí apareció Lunin, quieto y frío como una estatua, para detener la pena máxima que lanzó Bernardo Silva y cambió todo. Lunin, el héroe inesperado de una batalla que fue épica.
Pero incruenta.
En Krasnohrad, Volodymyr Prokhvatilo, director de la Escuela Deportiva Infantil y Juvenil de la ciudad, también disfrutó ese día de las paradas de Lunin. «Veo todos los partidos en los que participa el Real Madrid de Andriy Lunin, la Liga, la Copa del Rey y la Liga de Campeones. El fútbol siempre ha sido una válvula de escape, una herramienta que te hace olvidar tus problemas y entregarte al juego, incluso delante del televisor», responde por email a este periódico, desde Krasnohrad, a cien kilómetros de la guerra, de la invasión, tan cerca de la incertidumbre. «La ciudad de Krasnohrad se encuentra a 100 kilómetros de Kharkiv. Por el momento, los combates tienen lugar en las afueras de Kharkiv, y se desconoce qué ocurrirá mañana», explica en ucraniano.
Ver la temporada inesperada de Lunin es una alegría menor, pero importante en una ciudad que teme lo peor. Lunin llegó a la escuela con seis años. «Desde pequeño, Andriy ha sido un niño tranquilo, pero muy trabajador, responsable y decidido», le define. «Lloviera o nevara, iba a entrenar. Durante el entrenamiento, estaba tan atento que era imposible sacarle una palabra, estaba completamente inmerso en el entrenamiento. Se tomaba las tareas al pie de la letra, incluso las cumplía en exceso, absorbiendo mis instrucciones como una esponja», contaba en un periódico ucraniano Ivan Menko, su entrenador directo, acerca de ese niño callado y tímido, que ha ido dejando huellas de su profesionalidad por todos los equipos por los que ha pasado.
En algunos, en España, saltaba la valla el día libre para entrenarse. En el Madrid destacan que nunca se ha rendido, ni cuando Courtois no dejaba hueco ni siquiera ahora, cuando su participación en la final, pese a la temporada que ha hecho, está en el aire. «Es una decisión muy difícil porque los dos merecen jugar», explicaba Ancelotti. «Lunin ha hecho una fantástica temporada, Courtois ha mejorado y yo tengo que tomar la decisión antes del partido. Uno va a jugar y otro estará en el banquillo. Me gusta el debate y como no tengo mucho que hacer, me encanta que estéis ocupados con eso», continuaba Carletto, que no dice nada, pero se le entiende todo: Courtois está por delante.
Desde Ucrania, desde Krasnohrad, probablemente, va a ser decepcionante, pero la temporada de Lunin ha sido para estar orgullosos: «La ciudad y la escuela deportiva han sido glorificadas por muchos atletas. Andriy Lunin es uno de ellos. No se olvida de nosotros y ya ha donado en varias ocasiones conjuntos de uniformes deportivos, tanto de verano como de invierno. Y es agradable oír a Lunin recordar su estancia en la Escuela Deportiva Infantil y Juvenil de Krasnohrad con calidez durante varias entrevistas. Estamos orgullosos de los logros de Andriy, y los jóvenes se esfuerzan cada vez más por ser como él», cuenta Volodymyr Prokhvatilo.
Las paradas de Lunin y los partidos del Real Madrid sirven para evadirse del miedo. La escuela deportiva de Volodymyr Prokhvatilo simula que las cosas son como siempre, aunque es evidente que no. «Ahora el proceso de entrenamiento se está llevando a cabo online», asegura Prokhvatilo. Cada uno en su casa, siguiendo los consejos de los entrenadores, intentando que no se pierda nada, como si eso fuera posible. Un remedo, una simulación de la vida normal, sin miedo. «Sin embargo, con el permiso de la administración militar, todos los meses se celebran torneos de apoyo a las Fuerzas Armadas», cuenta.
Varios familiares de Lunin siguen en la ciudad, donde como en todo Ucrania, todo puede pasar en cualquier momento y el futuro no se puede soñar mientras Rusia siga invadiendo el país. Lunin, cuando empezó la invasión, hizo varios movimientos a favor de los suyos. Pese a todo, pese a las desgracias, nunca dejó de entrenarse a tope, como cuando era niño, cuando en la escuela le dieron un consejo que ahora recuerdan. «Dedicación durante los entrenamientos y los partidos, superación de las dificultades, intentar alcanzar el objetivo».
Aunque esté todo en contra.
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