El brasileño, pretendido por el Madrid, es la gran estrella que continúa en el Mundial, en el que ha brillado y ha desesperado con sus formas a los rivales.

De las grandes estrellas que empezaron el Mundial de Rusia, Neymar, con permiso de Mbappé y Hazard, es la que sobrevive. Cayó Salah en la fase de grupos, como estaba previsto porque su selección no da para mucho más. Se despidió Cristiano en octavos después de ir de más a menos en el torneo y se marchó Messi en la misma ronda con un golazo a Nigeria como única noticia reseñable. Pero «Ney», en la Brasil favorita al título, sigue y se ha dejado notar, en todos los sentidos. Es como el doctor Jekyll y Mr Hyde. En realidad, siempre lo ha sido: un futbolista brillante, único casi, posiblemente el mejor regateador del planeta, pero también polémico. Sus formas suelen desesperar a los rivales y a los árbitros. El partido contra Costa Rica se lo pasó discutiendo todo el rato con el colegiado, el holandés Kuipers, y en él se vivió el hasta ahora único penalti del Mundial que el VAR ha anulado por simulación después de que el árbitro lo señalara. Allí también marcó su primer gol «Ney», para desatarse después en los octavos de final contra México. Su actuación fue estelar: anotó el 1-0 y fue determinante en el segundo, el de la tranquilidad, de Firmino, después de tirar de recursos en un balón que se le había escapado un poco y que remató raso, con la puntera, con toda la intención. En ese duelo, Osorio, el seleccionador de los aztecas, la tomó con el «10» de la canarinha, aunque sin nombrarlo, diciendo que hace payasadas. El partido ya era caliente desde antes, pues los mexicanos le habían acusado de piscinero. Durante el encuentro, Layún le pisó un tobillo de forma intencionada e indefendible, pero sus exagerados gestos de dolor, retorciéndose de forma excesiva, encendieron a sus oponentes. La realidad es que a Neymar le dan muchas patadas. Ya sólo el primer día ante Suiza le hicieron nueve faltas. En el acumulado de los cuatro encuentros en el torneo le han señalado 23. Lidera el ránking, a años luz del siguiente, Messi, que recibió 15 infracciones; y de Cristiano, al que le interrumpieron el juego de forma ilegal en 14 ocasiones.

Por otro lado, el líder de Brasil está en la parte alta de casi todas las estadísticas ofensivas. Nadie ha intentado más que él el disparo a portería (24 disparos, por 21 de Cristiano y 17 de Messi) y sólo Leo, Isco (ambos 5,8) y el nigeriano Etebo (5,3) tienen un promedio mayor de regates por partido que Ney (4,8). Alguno de ellos le ha costado otro enfado de los oponentes: contra Costa Rica, al final, con el marcador resuelto, se marcó una «lambretta». «Neymar es un chico al que le gusta jugar, regatear... A veces no es comprendido por los rivales porque es muy ágil y rápido, pero ¿es un pecado regatear en el último tercio del campo?», lo defiende su técnico, Tite.

Neymar apunta a estrella del Mundial y el Real Madrid lleva un tiempo empeñado en ficharlo. La operación no es fácil porque el PSG se hizo con sus servicios el año pasado a cambio de 222 millones. Pero si Cristiano Ronaldo abandona finalmente el conjunto del Bernabéu, habrá un fichaje bomba en la casa blanca y el brasileño es el preferido. TVE hablaba de una oferta por él de 310 millones, aunque el campeón de Europa lo desmintió después. La operación iría para largo. Neymar todavía tiene trabajo que hacer en Rusia.