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Fútbol

Esto es el Real Madrid: la entrada más barata está en 230 dólares, para el Fluminense-Chelsea, a 13

El equipo español es quien más aficionados arrastra en Estados Unidos. Su partido contra el PSG es la cumbre de la competición

El Real Madrid, quien más afición arrastra en el Mundial de Clubes SARAH YENESELEFE

El Real Madrid de Xabi Alonso va avanzando en el Mundial de Clubes, va adquiriendo el estilo que el técnico quiere y va llenando sus arcas a un ritmo que ninguna otra competición le ofrece. La victoria contra el Borussia Dortmund llevo al equipo a las semifinales y una buena cantidad de dinero a la caja fuerte del club. Porque en este torneo de la FIFA no solo se juega fútbol: se juega también una partida millonaria.

El Real Madrid, el mayor botín del torneo

Al imponerse al equipo alemán, el Madrid se aseguró 18,06 millones de euros por meterse entre los cuatro mejores. Una cifra nada despreciable, que se suma a un botín mucho mayor que viene amasando desde el inicio del torneo. Hasta el momento, el club presidido por Florentino Pérez ha embolsado 72,89 millones de euros, lo que lo convierte en el equipo con mayores ingresos en esta edición del Mundial de Clubes. Supera al PSG, que ya ha acumulado 66,43 millones, y al sorprendente Fluminense brasileño, que ha conseguido 52,32 millones. Completa el cuarteto el Chelsea, que ya suma 50,83 millones.

La magnitud del negocio es tal que la FIFA ha destinado 860 millones de euros para esta edición del torneo. Un músculo financiero que no sería posible sin el impulso de Dazn, respaldada por inversiones saudíes, pieza clave para entender por qué el Mundial de Clubes se ha convertido en un espectáculo global con premios de otro planeta. Cada paso en el torneo no solo supone avanzar en lo deportivo, sino también en lo económico. Una semifinal es oro. Una final, una mina. Y el título, una auténtica fortuna.

Más de 130 millones por ganar el Mundial de Clubes

Si el Real Madrid logra acceder a la final, sumará 25,8 millones más a su cuenta. Y si levanta el trofeo, se embolsará otros 34,3 millones. En total, el club podría cerrar su participación con 132,99 millones de euros. Una cifra que justifica, y con creces, su apuesta por este torneo. De hecho, el Madrid recibió 32,8 millones solo por participar, por delante del Manchester City, ya eliminado, que percibió 30,9 millones, y del Bayern de Múnich, que cayó en cuartos frente al PSG, y se llevó 27,8 millones solamente por estar.

Pero no se trata solo de dinero. El Real Madrid entiende este torneo como una oportunidad para escribir historia. Si ya fue el primer ganador de la Copa de Europa y de la antigua Copa Intercontinental, ahora quiere también ser el primer campeón del renovado Mundial de Clubes. Es una cuestión de identidad, de grandeza, de legado. Por eso se toma la competición tan en serio. Por eso fichó a Xabi Alonso para liderar el proyecto, por eso invirtió 59 millones en Huijsen, una promesa hecha realidad en la defensa. Y por eso trajo a Trent Alexander-Arnold, en busca de calidad y experiencia por la banda.

Prestigio global

En el fondo, el club blanco sabe que este torneo puede ser un punto de inflexión en su estrategia global. El Mundial de Clubes es una vitrina de prestigio y de negocio. Cada partido del Madrid se vive como un evento mayor. Juegue donde juegue, parece estar en casa: su afición se multiplica, llena estadios y convierte cualquier partido en uno con viento a favor. Además, es el equipo que más entradas vende, y al precio más alto. Un dato más que confirma que, sin el Madrid, este torneo tendría otra dimensión, otro eco, otra relevancia. Menor. De hecho se ha visto en el precio de las entradas durante todo el torneo. En la semifinal, la entrada más barata para ver el choque entre los de Xabi y el PSG no baja de los 230 doláres. Para el Fluminense contra el Chelsea, está en 13,40.

El Real Madrid lo tuvo claro: conquistar este título es una inversión rentable. De hecho, los jugadores tienen una prima de un millón de euros cada uno si logran coronarse campeones.

El partido de los partidos

El Madrid está en plena transformación, pero sabe que Mundial de Clubes es un escenario ideal: permite crecer, ganar, ilusionar... y facturar.

Mientras tanto, Xabi Alonso sigue moldeando a su equipo. Busca que el estilo sea reconocible, que el juego tenga sello propio, que la plantilla responda tanto a la exigencia que se ha marcado la entidad en el torneo.

El miércoles sube la apuesta. Le espera el PSG de Luis Enrique, se enfrenta, pues, los dos últimos campeones de la Copa de Europa. El equipo con más tradición y el representante del fútbol presente, del dinero árabe. Sin duda, era el partido que quería el Mundial para convertirse en un torneo importante.