El Barça de Xavi se estrella: pierde en el Camp Nou ante el Betis

Para quien pensara que Xavi puede hacer milagros, la realidad. Pum: el Betis ganó en el Camp Nou al Barcelona. Si el mismo partido se hubiera vivido con Ronald Koeman en el banquillo, el terremoto hubiera sido tremendo. El nuevo técnico sí ha traído algo de serenidad e ilusión, pero de eso en el fútbol es difícil vivir. El mensaje seguirá siendo que el equipo azulgrana, por tradición y presupuesto, va a pelear por ganar la Liga, pero las circunstancias apuntan en otra dirección: si queda entre los cuatro primeros y se clasifica para la próxima Liga de Campeones, se puede dar por contento. Y no es un problema exclusivamente del nuevo entrenador. Porque ni Koeman ni Xavi meten goles y los dos técnicos manejan la misma plantilla. Es el azulgrana un equipo formalmente correcto, pero demasiado inofensivo. Lo vivido ayer se ha visto muchas veces en la etapa recientemente finalizada: el Barça tenía el control, el balón y poco más. Porque la idea es que todo ello lleve a generar ocasiones y entonces aparezcan los goles, pero ni una cosa ni otra. Y después de un arranque bueno de los barcelonistas en la presión, recuperando el balón pronto y metiendo al rival atrás, llegó el equilibrio.

El Betis se vino arriba y el partido no tenía dueño. Al descanso se llegó sin ocasiones y algo tenía que suceder después. Xavi lo tiene claro: su jugador, hoy en día, es Dembélé. El francés ya estaba para ser titular, pero siguió esperando en el banquillo de comienzo, quizá pensando en el duelo con el Bayern, pero no tardó en entrar, lo mismo que Frenkie de Jong. Con el extremo, el conjunto azulgrana suma un futbolista capaz de desbordar. Tiene regate, llegada, se atreve, enciende al público. Y justo cuando su presencia empezaba a notarse fue cuando llegó el tanto del Betis. Porque el equipo andaluz estaba en el partido y Canales castigó un desajuste. La clase del medio del Betis es infinita. Arrancó con espacios por la banda y donde a todo el mundo le entran las prisas a él le llega la calma. Paró, para quitarse de en medio a De Jong y dar continuidad a una jugada que Juanmi remató a placer, pese a la estirada de Ter Stegen. Está el atacante andaluz en estado de gracia y todo lo que le llega va para adentro. Justo antes ya había marcado otro, pero anulado por fuera de juego.

Apenas quedaba tiempo y apenas hubo reacción del Barcelona. La acción posterior al tanto fue la gran oportunidad de Abde, que lanzó fuera con la pierna izquierda en posición inmejorable. Y desde ahí, más balones a Dembélé y a ver. Pero no había mucho más que ver. El Betis supo defender en esos momentos, igual que antes había sabido jugarle de tú a tú a un oponente demasiado frágil. No fue inferior y sí supo aprovechar sus opciones. La desesperación de Xavi le llegó a recurrir a Luuk de Jong, hasta ahora inédito con él y que apenas pudo rematar una de cabeza en posición de desventaja. En la primera parte, con Gavi mareado por un pelotazo, entró Riqui Puig y no aprovechó la hora de juego que tuvo. Ni fu ni fa fue lo suyo. Poco tuvo que decir en el encuentro también Memphis.

No hubo tiempo para demasiado más y el Barcelona volvió a demostrar que le queda mucho camino por delante para recuperar el prestigio perdido. Es la primera derrota de Xavi, pero ya pudo producirse la jornada anterior contra el Villarreal. La visita a Múnich del miércoles puede considerarse casi anecdótica, porque aunque el fútbol es difícil de predecir, el Bayern hoy en día está a años luz de los barcelonistas.

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