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Fútbol

Íñigo Pérez, entrenador del Rayo Vallecano, tras el penalti a Lamine Yamal: "Nos vamos del campo"

El club de Vallecas empató su partido con el Barcelona. El equipo de Flick se adelantó tras una pena máxima polémica y sin que funcionase el VAR

Íñigo Pérez, entrenador del Rayo Vallecano, contra el Barcelona Chema MoyaEFE

El Barcelona se dejó dos puntos en Vallecas tras empatar 1-1 ante el Rayo Vallecano en un partido que volvió a poner de manifiesto tanto las virtudes como las carencias de los de Hansi Flick. El duelo, marcado por un ambiente eléctrico y por un gol de Fran Pérez que abrió la tarde en el Estadio de Vallecas, terminó decidiéndose en un intercambio de fuerzas donde la polémica arbitral volvió a ser protagonista. El empate deja a los azulgrana en una situación incómoda, con la sensación de que el plan de partido no se ejecutó con la intensidad necesaria y con la certeza de que, en noches como esta, cualquier error se paga muy caro.

Lamine Yamal: "Es un campo difícil"

Lamine Yamal fue uno de los más buscados tras el pitido final. El joven atacante del Barça, que asumió la responsabilidad de lanzar el penalti que dio el empate a su equipo, reconoció en declaraciones a DAZN que al conjunto culé le faltó energía en su planteamiento. “Es un campo muy difícil. Nos ha faltado intensidad. Hay que aprender de esto”, resumió el canterano, que no rehuyó la autocrítica. Pese a las dudas, quiso defender la idea de juego del equipo: “No creo que es culpa de eso, fue un gol a balón parado. Seguir con nuestra idea hasta el final”. En referencia al córner en el que llegó el tanto de Fran Pérez, admitió que la acción estuvo mal defendida: “No nos hemos hablado. Hicieron el cambio y no lo ajustamos bien”.

El propio Yamal explicó su decisión en la acción que significó el empate. Pidió el balón, se colocó en el punto de penalti y no le tembló el pulso: “Me he visto con confianza. Encantado de chutarlos por ayudar al equipo”.

Enfrente, el Rayo Vallecano firmó un partido de enorme mérito. El equipo de Íñigo Pérez supo golpear en el momento justo, resistir cuando el Barcelona se lanzó al ataque y dejar a su afición con el orgullo intacto de haber visto a los suyos competir de tú a tú con uno de los gigantes de la Liga. Isi, aunque con matices, al término del encuentro. “Pudimos ganar al Barça. Hemos tenido infinidad de ocasiones. Contentos con el trabajo”, señaló. Sobre el plan de partido, reconoció que la estrategia estaba clara desde el inicio: “Defender juntos. Sabíamos que luego ellos dejan muchos espacios a la espalda. Ha dado sus frutos. Hay que irse contentos. Pero con sabor agridulce...”.

Sin embargo, la polémica arbitral terminó por marcar el partido. El penalti señalado a favor del Barcelona, que permitió a Lamine Yamal marcar fue duramente criticado en el bando local. Isi no se mordió la lengua: “Cuando te pitan un penalti que no es, te da rabia, impotencia. Entiendo que el árbitro es persona, pero qué casualidad que siempre se equivocan para los mismos equipos. Pero le honra asumir su error. Me voy a morder la lengua”. Sus palabras reflejaron la frustración de un vestuario que se sintió castigado por una decisión que consideraron injusta.

El momento de mayor tensión llegó en el banquillo del Rayo. Íñigo Pérez, entrenador rayista, llegó a plantear que el equipo se retirase del campo tras la acción que derivó en el penalti. “Nos vamos del campo”, dijo, visiblemente indignado, antes de que finalmente los suyos continuaran el encuentro. Su reacción, captada por las cámaras y los micrófonos de ambiente, refleja hasta qué punto la jugada encendió a todo el entorno franjirrojo.

La polémica quedó instalada en el debate posterior. Mientras el Barcelona defendía la importancia de haber sumado un punto en un estadio difícil, el Rayo se marchaba con la sensación de que el triunfo estaba al alcance de la mano y que solo una decisión arbitral lo impidió. Los locales reivindicaron su trabajo colectivo, el plan de partido y la ambición de haber puesto contra las cuerdas a un rival de máxima exigencia. Los visitantes, en cambio, asumieron la necesidad de elevar el nivel competitivo si quieren mantener sus aspiraciones intactas en una temporada en la que el margen de error es cada vez más estrecho.