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Fútbol

El nuevo jeque del PSG es Luis Enrique

El técnico se ha convertido en el gran triunfador de la temporada del equipo galo. «Es un genio», asegura el capitán Marquinhos y en los despachos del club es intocable

Luis Enrique, después de lograr la clasificación para la final de la Liga de Campeones MOHAMMED BADRAEFE

Sin Neymar, sin Messi y sin Mbappé el PSG ha vuelto a la final de la Liga de Campeones. ¿El secreto? En el banquillo. Luis Enrique ha conseguido hacer una máquina de ganar, bien engrasada y que no tiembla en Europa, algo que sus antecesores no consiguieron pese a la constante inyección de dinero del propietario qatarí.

Desde Francia lo tienen clarísimo: la estrella es Luis Enrique. El técnico, como ha hecho siempre, ha atraído la atención de los medios para proteger a su plantilla, liberar a los futbolistas y que estos le den una confianza ciega. En París ha repetido el plan. Tuvo problemas de resultados al principio de su segunda temporada, la actual, pero las victorias han dado la vuelta a la situación y ahora es el referente indiscutible.

Aunque cuenta con un once bien definido, el técnico presume de tener a toda la plantilla ganada para la causa. Son soldados que cumplen sin rechistar. No ha dudado en aplicar mano dura con quienes osaron levantar la voz, como sucedió con Dembélé al inicio del curso. Los jugadores que tienen menos minutos entran con gran determinación al campo cuando el técnico les requiere, lo que genera que los que más minutos acumulan no puedan relajarse si no quieren perder su puesto. Sucedió con Barcola, que ha visto como su puesto en el once ha quedado puesto en entredicho por Doué y Kvaratskhelia. Sin lesiones, la plantilla al completo ha llegado en plenitud de condiciones a marzo. Y el vestuario, ahora, no duda en ensalzar su trabajo. «Es un genio», resumió el capitán, Marquinhos.

Cuando Luis Enrique firmó por el PSG puso una condición clara: el estilo de juego, ofensivo y reconocible, tenía que situarse por encima de los jugadores. Tras lograr la clasificación para la final de Múnich confesó que este año ha conseguido esa meta. La primera campaña sirvió para tomar contacto y al inicio de la presente le llovían las críticas por un excesivo dogmatismo táctico. En los momentos más bajos tuvo que reunir a su plantilla para desterrar dudas sobre su trabajo cuando pese a la multitud de ocasiones que creaban no llegaban los buenos resultados. Ahora alardea de su apuesta, que le ha convertido en uno de los equipos más vistosos de Europa.

La hinchada también está entregada al asturiano. Atrás quedan los años de estrellas adquiridas y pagadas a precio de oro, de sus caprichos y altibajos que marcaban la actualidad del club. El Parque de los Príncipes se ha convertido en un baluarte abarrotado de apasionados que siguen con los ojos bien abiertos las evoluciones de un equipo que ha sabido encandilarles. El aficionado del PSG ha conectado a la perfección con el carácter de Luis Enrique, su implicación, su mentalidad guerrera que no hace concesiones con el sacrificio, el esfuerzo, el trabajo, pero también el carácter plástico del fútbol. «En el fútbol no hay nada mejor que recibir las alabanzas de tus propios aficionados», asegura el entrenador, que no pierde oportunidad para asegurar que la del PSG es «la mejor afición del mundo».

Nadie en París duda ya de Luis Enrique y menos en los despachos, donde el entrenador ha conseguido algo que ninguno de sus antecesores logró: coordinar su trabajo con la dirección deportiva y con el propietario. En el pasado, las decisiones del club se tomaban en Doha o en la dirección deportiva. Ahora, unos y otros trabajan en coordinación y Luis Enrique tiene la última palabra. Luis Campos, el responsable deportivo, ha sabido dar un paso a un lado y Nasser Al-Khelaifi ha entendido que el camino de la victoria lo marca la brújula del técnico. «Aquí me siento cómodo, trabajando con Luis Campos y con el presidente para lograr el objetivo que nos propusimos, hacer historia, ser los primeros en lograr el trofeo tan anhelado», dijo el asturiano. Y a la final de Múnich ante el Inter llegan como favoritos.