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Horario y dónde ver el clásico Real Madrid-Barcelona de LaLiga

El equipo de Ancelotti quiere dar un fuerte golpe moral a los de Xavi, que llegan tras su rutinario fracaso en Champions

Entrenamiento del Real Madrid en Valdebebas antes del Clásico contra el Barcelona
Entrenamiento del Real Madrid en Valdebebas antes del Clásico contra el BarcelonaAFP7 vía Europa PressAFP7 vía Europa Press

Los Clásicos de los últimos años se han convertido en partidos de vida o muerte para el Barcelona. La temporada pasada llegó al Bernabéu pensando que la victoria que consiguió iba a ser el punto de inflexión, pero en realidad fue un espejismo que quizá no ayudó para nada. El domingo se presenta en el Bernabéu (16:15 en Dazn) con la carta de LaLiga casi como única opción para no firmar ¡en octubre!, una temporada decepcionante. «Vine hace menos de un año para revertir la situación, y veo que se puede hacer. Lo veo. Veo mimbres en la plantilla. Es pronto para sacar conclusiones. Aunque en Europa estamos fallando, pero no en LaLiga», explicaba Xavi Hernández, cuyo pasado como futbolista le está salvando de las críticas que no perdonarían a cualquier otro. El pasado no le valió a Koeman, por ejemplo.

La memoria de los aficionados se va configurando con el presente y así va cambiando el pasado. Xavi es un mito, un genial centrocampista de una época inolvidable para los azulgrana, pero ese papel incontestable no va a aguantar ningún revés más. Le perdonaron la grotesca eliminación en la Liga Europa la temporada pasada y la gradual desaparición en LaLiga; no le han pasado cuenta por lo sucedido en la Champions; quizá una derrota en el Bernabéu esta tarde sea el principio del cambio de opinión de los barcelonistas. Perder no es ninguna tragedia para ninguno de los dos, porque es muy pronto, queda toda la competición y la distancia entre ambos es escasa, pero el golpe moral para el Barcelona es incomparable al que puede recibir el Real Madrid si es derrotado.

De todos modos, Ancelotti ya tuvo bastante con el partido del curso pasado. Fue el único momento que no les apetece recordar a los madridistas de una temporada triunfal. El único momento en el que el entrenador italiano rompió sus principios y en vez de apostar por lo más lógico, se enrevesó. Sin Benzema y con la huida de Bale, apostó por Modric como delantero centro. No sólo no le funcionó, es que, además, lo perdió como centrocampista: «No quiero inventar. El año pasado intenté inventar algo y me dieron un palo», reconoció el entrenador madridista. «Saldrá un equipo que tiene muy claro lo que hay que hacer en el campo. Jugamos contra un rival de altísimo nivel y tenemos que hacer un partido completo, atacar bien, defender bien… Solo así se pueden ganar partidos y títulos», insistió.

El Real Madrid no ha perdido ni un partido esta temporada, aunque ha estado en el alambre varias veces. El gol de Rüdiger en la Champions es el ejemplo de la resistencia a la derrota que tiene el campeón de Europa. Hay que golpearle mucho, sacarle mucha distancia para poder vivir con tranquilidad los últimos minutos. Ha conseguido crear una leyenda y eso es lo que más miedo da a los rivales. Antes de los partidos, tiene ya medio trabajo hecho.

Dice Ancelotti que no va a inventar, así que a excepción del cambio obligado de Lunin en la portería y de Tchouameni en el centro del campo, el equipo será el de siempre. Eso lleva a Rodrygo a empezar en el banquillo en uno de los días importantes, los que marcan la separación entre titulares y suplentes. «Pienso que es un jugador extraordinario y contundente. Esta temporada, que le estoy dando más minutos, ha demostrado que cuando empieza los partidos también lo hace muy bien. Puede jugar en todas las posiciones arriba y eso es una ventaja para él», aseguró ayer el entrenador italiano, al que, hoy más que nunca, le gustaría jugar con doce futbolistas. Pero no puede prescindir de nadie en el centro del campo ni quitar arriba a Benzema, que mañana se llevará el Balón de Oro ni, por supuesto a Vinicius.

Xavi tiene problemas graves en defensa y más si por la izquierda entra el brasileño. «Cambiaremos poco, no tenemos a Ronald, que el año pasado paró muy bien a Vinicius. El que juegue ahí tendrá que estar muy bien y necesitará coberturas. Veo más un trabajo colectivo. No sólo me preocupa Vinicius», aseguraba ayer el entrenador del Barcelona, aunque no sonó muy convincente. Va a forzar a Koundé para tener una defensa en condiciones, porque lo del Inter fue un esperpento. La duda es si le va a emparejar con Vini o será Balde el lateral derecho.