Polémica
Sergio Busquets pierde los papeles y da un puñetazo a un rival que le tira al suelo
El ex del Barcelona perdió 3-0 la final con el Inter de Miami y, junto a Luis Suárez protagonizó un final vergonzoso de partido
Seattle vivió una final de Leagues Cup 2025 con tintes históricos, no solo por el contundente triunfo de los Sounders frente al Inter Miami, sino también por el bochornoso espectáculo que empañó la celebración. El Lumen Field fue escenario de una noche cargada de emociones, en la que el fútbol quedó en segundo plano cuando la tensión entre jugadores desembocó en un conato de bronca que acabó marcando la jornada.
Clara derrota del Inter de Messi
Desde el pitido inicial, Seattle Sounders mostró personalidad, ambición y contundencia. El equipo supo aprovechar las ocasiones que generó frente a una versión desdibujada del Inter Miami, que nunca encontró respuestas. Con un fútbol sólido y el apoyo de su afición, los locales terminaron imponiéndose con un claro 3-0. El resultado dejó en evidencia la diferencia de intensidad y planteamiento entre ambos conjuntos. La escuadra de la MLS celebraba con entusiasmo, consciente de haber dado un golpe de autoridad en un torneo que cada vez tiene más peso en el calendario.
Ex barcelonistas que no saben perder
Sin embargo, lo que parecía una fiesta se transformó en un capítulo oscuro. Todo comenzó poco después del pitazo final, cuando Obed Vargas, joven promesa de Seattle, se encaró con dos veteranos ilustres: Luis Suárez y Sergio Busquets, ambos exfiguras del Barcelona. El primer cruce fue con el delantero uruguayo, que acabó escupiendo. Entre palabras y gestos subidos de tono, la tensión escaló rápidamente. Suárez, lejos de calmarse, decidió abrazar a Vargas en medio de la discusión. El mexicano, visiblemente incómodo, intentó zafarse en varias ocasiones, pero el ariete insistía en mantener el contacto físico, generando incomodidad y risas nerviosas por parte del juvenil.
Ante la escena, Yeimar Gómez, compañero de Seattle, intervino con rapidez para separar al veterano del charrúa del muchacho. Vargas, ya libre del abrazo, sonreía irónicamente, como quitándole peso al asunto. Parecía que la tensión se iba a diluir en ese instante, pero lo peor estaba por venir. De pronto, irrumpió en la escena Sergio Busquets, que perdió la compostura de manera insólita: sin previo aviso, lanzó un puñetazo directo contra Obed Vargas. El golpe fue tan inesperado como violento, dejando al juvenil tendido en el césped del Lumen Field, enmudeciendo al público.
El impacto del gesto de Busquets fue inmediato. La agresión del veterano centrocampista español no solo sorprendió a todos, sino que también sirvió como chispa que encendió un incendio mayor. La reacción fue instantánea: varios jugadores de ambos equipos corrieron hacia la escena y, en cuestión de segundos, el campo se convirtió en un hervidero de empujones, gritos y golpes. El conato de bronca dejó imágenes caóticas, con futbolistas intentando separar y otros, por el contrario, enzarzados en plena pelea.
Tensión al final
La tensión alcanzó su punto máximo cuando Luis Suárez, ya protagonista del primer altercado, perdió nuevamente el control. En medio del tumulto, el delantero uruguayo culminó su mala noche con un gesto tan reprochable como el de su compañero: escupió a un miembro del cuerpo técnico de Seattle. Ese acto, además de agravar la situación, terminó de enturbiar una final que debería haber quedado enmarcada por el mérito deportivo de los Sounders.
El público, que momentos antes festejaba un triunfo categórico, asistía incrédulo a una escena más propia de un ring que de un campo de fútbol. La policía y el personal de seguridad del estadio tuvieron que intervenir para controlar la situación y evitar que el caos se prolongara. Al cabo de algunos minutos, la calma fue regresando poco a poco, aunque las imágenes ya habían dado la vuelta al mundo, manchando la imagen del torneo y dejando un sabor amargo entre los aficionados.
Más allá del bochorno, queda en el aire la inevitable pregunta: ¿qué sanciones recaerán sobre los implicados? El reglamento de la Leagues Cup es claro en este aspecto: iniciar o participar en peleas masivas puede acarrear suspensiones que van de uno a seis partidos. Esto significa que tanto Busquets como Suárez, al igual que otros futbolistas que participaron en la trifulca, se exponen a castigos que podrían afectar gravemente a su equipo en los próximos compromisos. Para Inter de Miami, acostumbrado a cargar su peso ofensivo en veteranos de renombre, la pérdida de dos figuras de semejante calibre supondría un golpe durísimo.