Tras 895 días de un viaje marcado por lesiones, dolor y dudas internas, Nick Kyrgios volvió a saborear la victoria en el circuito ATP. El tenista australiano superó al estadounidense Mackenzie McDonald por 3-6, 6-3, 6-4 en la primera ronda del Masters 1000 de Miami, en un partido que simbolizó mucho más que un simple avance en el cuadro: fue la reivindicación de una lucha personal y deportiva que parecía interminable.

El inicio del partido no fue fácil para Kyrgios, quien rápidamente se vio abajo 0-3 en el primer set. Sin embargo, fiel a su estilo combativo, el exfinalista de Wimbledon encontró su ritmo, mejoró su servicio y cerró el tercer set con autoridad. Esta victoria es su primera desde la tercera ronda del ATP 500 de Tokio en 2022.

Visiblemente emocionado, Kyrgios admitió estar "al borde de las lágrimas" después del partido. "Ha sido un largo viaje, incluso solo para llegar a la línea de salida y tener miedo de poder terminar un partido", confesó. El australiano reconoció que durante estos dos años oscuros, dudó seriamente si volvería a competir al máximo nivel, compartiendo momentos de incertidumbre con su equipo de trabajo.

La carrera de Kyrgios dio un giro inesperado después de su brillante temporada 2022, donde alcanzó la final de Wimbledon, conquistó el título en Washington y venció a varios jugadores del top 10. Sin embargo, una lesión en la rodilla lo obligó a retirarse del Abierto de Australia 2023 y someterse a cirugía, alejándolo de la gira sobre tierra batida. Posteriormente, un problema grave en su muñeca le exigió otra operación, lo que lo mantuvo fuera durante toda la temporada 2024.

En 2025, sus problemas persistieron. Durante Indian Wells, Kyrgios tuvo que retirarse mientras perdía ante Botic van de Zandschulp, quebrándose emocionalmente sobre la pista. “Fue uno de los mayores desafíos de mi vida", reconoció sobre su proceso de rehabilitación, que no solo afectó su cuerpo, sino también su confianza.

Aunque esta reciente victoria en Miami representa un respiro en su calvario, Kyrgios se mantiene realista sobre su estado físico. Su próximo rival sería el veterano Karen Khachanov, pero el australiano no garantiza su presencia, consciente de que su muñeca aún no está totalmente recuperada.

"Esta victoria pone un poco de gasolina en el tanque, pero necesito ser realista y ver cómo se siente mi muñeca mañana, porque aquí es un esfuerzo constante", advirtió.

El recorrido de Nick Kyrgios es, ante todo, un testimonio de resiliencia. Más allá del talento que siempre ha caracterizado su tenis, el australiano ha demostrado que su espíritu competitivo sigue intacto. Su regreso, aunque lleno de incertidumbres, emociona a un mundo del tenis ávido de su carisma y su fuego en la pista.

Mientras el viaje continúa, todos los ojos están puestos en Kyrgios: un jugador que, en su batalla contra sí mismo y contra la adversidad, sigue escribiendo una de las historias más humanas y apasionantes del deporte actual.