
Ciclismo
"!Hay más gente que en los sanfermines!"
La primera etapa del Tour fue una fiesta desde la misma explanada de San Mamés

Al filo de la una, al muro de Pike Bidea, la última subida de la primera etapa del Tour, ya no se puede subir ni en bicicleta. No cabe un alfiler en sus rampas. El gentío, ikurriñas en mano, camisetas naranjas, pancartas y banderas, lo ha invadido desde el viernes a mediodía que empezó a llegar gente. Han teñido las cunetas y las carreteras. Casi todas las pintadas llevan el mismo nombre, «Landa». El mesías de una religión como es el ciclismo en el País Vasco y que con el Tour exhibe toda su grandeza. La de una afición espectacular en número y ejemplar en comportamiento. La misma hinchada que llena las carreteras bien sea la Itzulia, el Tour, el Memorial Valenciaga de aficionados o cualquier carrera de cadetes. Animando a todos. Del primero a último. Convirtiendo el inicio del Tour en una fiesta.
Un regalo para los vascos, que llevan el ciclismo en el ADN y que lo demuestran en la explanada de San Mamés ya por la mañana, mucho antes de que empiecen a desfilar los ciclistas, apenas es posible caminar. «¡Hay más gente que en San Fermines!», dice, impresionado Óscar Rodríguez, el ciclista del Movistar ganador en la Camperona de una etapa en la Vuelta de 2018 y que estaba como un aficionado más, de turista, sin ni siquiera acreditación disfrutando del ambiente.
Cuando Mikel Landa llega al control de firmas aquello se cae. Los gritos y saltos de la gente son ensordecedores, igual que con Rigoberto Uran, de lejos el más querido en Bilbao estos días. Es el ciclista más carismático del pelotón. Al cabo de unos minutos, todo se convierte en el mismo grito: «Wout, wout wouuuut!!!», la gente enloquece con la llegada de Van Aert, el ciclista más atractivo y emocionante.
También anda por ahí, vestido de turista Oier Lazkano, el recién coronado campeón de España, vestido de calle, pero cerca todo el rato de su equipo, el Movistar. Ha venido desde Vitoria para no perderse el ambientazo, se sube a la bici que el jefe de prensa tiene para moverse junto a los ciclistas y no para de alucinar. Orbea, la marca de bicicletas de Mallabia, ha traído a todos sus proveedores a pasar estos días en Bilbao, todos con camisetas amarillas y una txapela en la cabeza para vivir la salida del Tour y Lazkano quiere una. «¡Si parece que vienen de despedida de soltero al Tour, todos igual!», bromea el alavés.
Nadie se lo ha querido perder, el lehendakari Urkullu, que junto a Joane Somarriba –única vasca que ha ganado el Tour–, dan el pistoletazo oficial de salida a la carrera, el alcalde de Bilbao Juan Mari Aburto, el presidente del senado Ander Gil, y ex jugadores históricos del Athletic Club de Bilbao como el Cuco Ziganda y Patxi Salinas además del presidente del club rojiblanco. También anda por Bilbao estos días Alejandro Valverde, pero no se le ve por la salida. En lugar de eso ha decidido que prefiere salir a montar en bici, para no perder la forma, aunque ya no compita. Luego se dejará ver por la meta. Nunca dejará de ser ciclista.
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