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Jon Rahm: resultado «horrible» y buenas sensaciones

Desde que se marchó a jugar al circuito saudí su rendimiento en los grandes no había sido bueno, pero en el PGA volvió a ser él

APTOPIX PGA Championship Golf ASSOCIATED PRESSAP

Jon Rahm estaba en el camino de hacer historia en el golf. Era, probablemente, el jugador con más talento que pisaba los greens y ya tenía en su palmarés un Masters de Augusta y un Open de Estados Unidos –el primer español en ganar ese torneo–, cuando decidió unirse al circuito saudí para convertirse en el segundo deportista mejor pagado del mundo por ingresos deportivos, solo por detrás de Cristiano Ronaldo.

Cogió el dinero y se alejó de la gloria, una decisión comprensible humanamente. Pero con ella llegó su cuesta abajo y su falta de competitividad en los grandes torneos. Hasta que comenzó el PGA el jueves pasado y Rahm se atrevió a seguir el paso de los mejores. Y en la noche española del domingo se ilusionó con volver a ganar un grande a pesar de que había empezado el día con cinco golpes de desventaja respecto a Scottie Scheffler.

Cuando el estadounidense hizo un bogey en el hoyo 9 y Rahm un birdie en el 11, estaban empatados, aunque él no fue consciente hasta que estuvo en el 12. Era el peor día de Scheffler y uno de los mejores de Rahm en el PGA, pero a partir de ahí todo empezó a torcerse. No pudo ganar ningún golpe al campo ni en el 13 ni en el 14 ni en el 15, hoyos amables en los que tuvo putts para poder hacer un birdie. En esos mismos hoyos comenzó su recuperación Scottie Scheffler, que hizo birdie en el 14 y en el 15. En el 16, como Rahm, se fue al búnker. Y en los tres últimos hoyos del recorrido empezó el infierno para el español.

«Los tres últimos hoyos son una píldora difícil de tragar ahora mismo, especialmente sabiendo que el 16 no es la calle más estrecha del mundo», confesaba Rahm después de acabar su recorrido. En el 16 se fue al búnker y acabó el hoyo con un bogey, pero la cosa empeoró aún más en los dos siguientes. Rahm acabó devolviendo al campo los tres golpes que le había ganado en los once primeros hoyos y dos más. En el 17 se fue al agua antes de acabar con dos golpes sobre el par, el mismo resultado con el que completó el 18. Ya poco importaba que Scheffler hiciera bogey en el 18. Sacaba seis golpes de ventaja a sus perseguidores más cercanos, pero Rahm ya no estaba entre ellos. El -9 con el que afrontaba los últimos siete hoyos del recorrido se convirtió en 4 bajo el par. Y su segundo puesto y el sueño del primero acabaron siendo un octavo puesto compartido con otros ocho jugadores. «El resultado es horrible, pero las sensaciones no son tan malas», se consuela el golfista español.

«Dios, hacía tanto que no me divertía en un campo de golf como en los 15 primeros hoyos»

El dinero de Arabia se llevó también su diversión sobre el campo, pero ha recuperado esa sensación en el PGA. «Ha estado muy reñido. Dios, hacía tiempo que no me divertía tanto en un campo de golf como durante los primeros 15 hoyos», decía. Unas palabras que parecían salirle del alma y que llevaba mucho tiempo esperando. «Incluso en los siete primeros, en los que estaba haciendo un buen ‘‘swing’’ y no me salían las cosas, me mantuve dentro e hice los pares que necesitaba y jugué un golf realmente bueno del octavo al decimoquinto», añadía.

Aunque todavía tenía que pelear contra la frustración de no haber podido competir hasta el final cuando tenía la victoria tan cerca. «Tenemos la herida muy reciente, pero ha habido muchas cosas buenas esta semana y muchas sensaciones positivas para el resto del año. Creo que es la primera vez que he estado tan cerca de ganar un ‘‘major’’ y no lo he conseguido», reconoce.

Lo sucedido a partir del hoyo 17 le hacía sentirse «un poco avergonzado». «Pero tengo que superarlo, superarme a mí mismo, no es el fin del mundo. No es como

si fuera un médico o un socorrista, donde si alguien tiene un mal día, pasan cosas realmente malas. Lo superaré, seguiré adelante», asegura. «De nuevo, hay mucho más positivo que negativo en lo que pensar esta semana», agregaba, como si quisiera grabarse esa idea en el cerebro. «Estoy muy contento de haberme puesto en esa posición y espero aprender de esto

y volver a intentarlo en el US Open», advierte.