Balonmano
Jordi Ribera y Ambros Martín, los seleccionadores de balonmano de España y su trabajo en la base: "No queremos que las nuevas generaciones se queden atrás"
Los entrenadores de los Hispanos y las Guerreras explican el trabajo que hacen desde la base, en el CAR de Sierra Nevada, para que la cadena del balonmano se mantenga viva
Se acerca el final de año, momento en el que las selecciones de balonmano toman el protagonismo. Las Guerreras juegan el Mundial (26 de noviembre a 14 de diciembre, en Alemania y Países Bajos) y los Hispanos, el Europeo (15 de enero al 1 de febrero de 2026, en Dinamarca, Suecia y Noruega). El deporte es evolución constante y ahora ambos combinados están en una época de cambio. Los dos seleccionadores, Jordi Ribera (Sarriá de Ter, 1963) y Ambros Martín (Arrecife, 1968), charlan con LA RAZÓN después del acto de presentación de un nuevo patrocinador que aparecerá en la camiseta: «Tu Provincia Huesca La Magia». Piensan y trabajan en la selección no sólo para ahora, también para el futuro. Las entrevistas están hechas por separado.
¿Dónde está España ahora?
Jordi Ribera: Cuando llegué en 2016, todo el mundo era muy catastrofista y se veía el balonmano muy negro porque España había perdido la opción de ir a los Juegos Olímpicos. Sin embargo, ha sido una década con siete medallas en grandes campeonatos desde 2018. Está claro que ahora estamos en un momento vulnerable, porque ha entrado gente joven que necesita tiempo. Por ejemplo, Gede y Viran, que eran el bloque defensivo, llevaban un montón de años jugando juntos y lo hacían de memoria. Tenemos que pensar que en los Juegos de París los dos jugadores para esos puesto se juntaban por primera vez en una competición importante, y aún así se obtuvo una medalla. A esta gente hay que darle tiempo. ¿Vamos a pasar un periodo de sequía? Podemos pasarlo. De hecho, el Europeo y Mundial últimos no salieron como queríamos. Pero podemos otra vez lograr un grupo que realmente sea consistente y un poco recuperarnos, siempre pensando que hay selecciones que también trabajan bien.
Ambros Martín: Hace algunos años el equipo español estuvo codeándose con los grandes, fue una época dorada en el balonmano femenino español, muy parecida a la que ha podido tener o que tiene el masculino. Ha sido muy difícil llegar a ese nivel, pero es el reflejo, donde queremos llegar con nuevas generaciones. Estas nuevas generaciones vienen bien, en los últimos campeonatos de base, juvenil y junior, hemos dado el salto y hemos conseguido buenos resultados. Aunque sabemos que el nivel del balonmano europeo y mundial está muy igualado y un gol te puede poner a la lucha por las medallas o dejar fuera.
El presidente, Francisco Blázquez, dice que, por ejemplo, el Estado aporta 35 millones al balonmano en Francia, y en España tres.
Jordi Ribera: Hay países que tienen un montón de recursos para trabajar a nivel de clubes y federaciones, nosotros nos movemos con números muy diferentes y, sin embargo, cuando llega la hora de competir, muchas veces incluso estamos por encima. Francia es un ejemplo. El Estado aporta un montón de dinero para poder trabajar con los centros de formación que tienen en diferentes lugares, incluso con el centro de entrenamiento que han hecho única y exclusivamente de balonmano, con su propia residencia. Las selecciones echamos mucho mano de los jugadores que trabajan en los clubes, y yo siempre digo que es lo fundamental: que el jugador encuentre un club donde se pueda desarrollar y que haya un momento determinado en que tenga que cambiar porque necesita otro tipo de exigencia a nivel competitivo o a nivel de formación. Luego, nosotros nos aprovechamos de eso. Nuestras actividades ayudan para impulsar al jugador a creer que pueden llegar a ser profesionales, a estar en una selección, jugar unos Juegos Olímpicos...
"Javi Rodríguez y Dani Fernández pasaron por el CAR y son medallistas olímpicos. Nos han dado vídeos para pasar a los críos, porque no hay mayor discurso que ver que chicos que como ellos estuvieron sentados ahí, consiguieron su sueño"
Se refiere al trabajo con la base en el CAR de Granada...
Jordi Ribera: Antes ya había actividades de tecnificación. Lo que hicimos en 2017 fue iniciar un proyecto cambiando algunas cosas, especialmente la cantidad de jugadores que se beneficiaban y los contenidos de esas actividades. Encontramos un centro, que fue el CAR de Granada, que con el CSD nos ayudó. Nos juntamos en febrero y septiembre, lo que nos da una posibilidad de controlar a los jugadores en un ciclo de seis meses, ver su evolución. Hay una actividad que engloba jugadores de 13, 14, 15 años y otra de 16 y 17. Hay 70 jugadores en cada grupo y están unos ocho días, en los que pueden trabajar no solamente cosas de balonmano, sino que tienen clases de nutrición, de preparación física, de mindfulness, de psicología deportiva... Con la intención siempre de dar herramientas para que el jugador, como yo siempre digo, sea su primer entrenador. Algunos ya están en el Barcelona o el Granollers, pero otros no están en equipos grandes con esas estructuras. Han pasado 799 jugadores. Comenzamos como te he dicho en 2017, con los chicos del 2000, y este febrero empezarán a entrar los del 2012, o sea que ya es más de una década. El año pasado, el 45 por ciento de jugadores de la ASOBAL habían pasado por el CAR de Granada. Dos chicos ya han tenido medalla olímpica, Javi Rodríguez y Dani Fernández. Ellos nos han dado vídeos para pasar a los críos, porque no hay mayor discurso que ver que chicos que como ellos estuvieron sentados ahí, consiguieron su sueño. Diez han debutado con la absoluta.
Ambros Martín: La categoría masculina es nuestro reflejo, han abierto el camino. El trabajo que se realiza en el masculino también se hace ahora en el femenino. Me permite estar más en contacto con el balonmano real, el balonmano de la gente joven, y vamos a intentar ayudar en lo que podamos para que la cadena siempre se mantenga viva. Tiene muchísimos beneficios. Por un lado, las que van convocadas a estas tecnificaciones, sean de categorías promesa, juvenil, junior o incluso en las tecnificaciones a nivel senior, se ven con la posibilidad de que pueden estar en combinados nacionales. Pero también esas jugadoras que provienen de cualquier localidad, de cualquier club, provocan que sus compañeras de equipo sientan interés por saber: «¿Qué habéis hecho allí?». Por eso creo que el programa de Sierra Nevada es muy interesante. No solamente hablamos del balonmano, hablamos de otros factores que influyen para formar grandes jugadoras y también grandes personas. La mayor parte de los clubes y los entrenadores de los clubes y de las territoriales están por la labor también, porque les repercute.
"Esperamos que en cuestión de 3 o 4 años, es decir, Juegos Olímpicos de Los Ángeles o el Mundial 2029, y más allá, podamos llegar a ese nivel que tuvo el balonmano español, el de las Guerreras candidatas a medalla"
¿Hay cada vez más selecciones con aspiraciones?
Ambros Martín: Sí. Ahí estamos ya en categoría joven y es donde queremos llegar en senior. Tenemos jugadoras con experiencia, que ya han disputado campeonatos y están jugando en países extranjeros; y otro grupo de jóvenes que está jugando mayoritariamente en la liga española. Es una buena combinación: por un lado las jóvenes ven en las mayores, por decirlo de alguna manera, el reflejo de donde quieren llegar, y las expertas pueden ayudar notablemente a estas jugadoras que empiezan. Esperamos que en cuestión de 3 o 4 años, es decir, Juegos Olímpicos de Los Ángeles o el Mundial 2029, y más allá, podamos llegar a ese nivel que tuvo el balonmano español, el de las Guerreras candidatas a medalla. Pero queremos llegar para quedarnos, para estar varios años compitiendo y que las siguientes generaciones no se queden atrás.
Jordi Ribera: Portugal, por ejemplo, ha hecho un empuje muy importante, también porque ha aprovechado una generación de jugadores muy buenos. Pero tenemos Dinamarca o Suecia, donde el balonmano ocupa un gran espacio en la sociedad. Quizá se lo han ganado, pero también porque el país se ha volcado. ¿Y qué decir de Alemania? Tú ves los pabellones abarrotados y evidentemente los recursos son importantes. Y la propia Francia. Son selecciones que pueden estar al mismo nivel o superior a nosotros. Luego a veces los detalles hacen que te pongan más arriba o abajo. Si pierdes fallando un penalti en el último segundo, debes hacer esa valoración como técnico, no como aficionado. Claro que te hubiera gustado ser segundo, pero tampoco puedes pensar que has quedado octavo en esa competición y que ha sido todo un desastre.
¿Les da la impresión de que las selecciones de balonmano enganchan?
Ambros Martín: Creo que sí, que somos reconocidos, evidentemente gracias al gran trabajo que se ha hecho con anterioridad y que se continúa haciendo en la categoría masculina e intentamos también ahora que en la femenina. Hay jugadoras que quizás no tengan la oportunidad de venir a una convocatoria nacional a un CAR de Sierra Nevada o una tecnificación en Burgos, y nos desplazamos nosotros a las territoriales y vemos a jugadoras que no hemos tenido la oportunidad de observar en algún campeonato, y notamos que tienen ganas también de enchufarse. La base de toda pirámide cuanto más grande sea, pues seguramente al final la punta también será más grande y de más calidad. Pero vemos eso, que las jugadoras tienen muchas ganas y que quieren firmas, quieren parecerse a sus ídolos, preguntan por cómo son las auténticas Guerreras. Eso nos motiva y nos obliga a ir visitando continuamente cada año cuando se pueda todos los rincones de España.
Cómo equilibra un entrenador entre dar oportunidad a un joven, cargarlo de presión, o darle su tiempo. Porque en fútbol, por ejemplo, con Lamine Yamal parece que ha funcionado, pero otros chicos se han quedado...
Jordi Ribera: Nosotros podemos coger 10 jugadores de 15 años y todos son diferentes. Para un chico que se llame José, 15 años es una cosa; para el que se llama Pedro, 15 años es otra. ¿De qué depende? Depende del entorno que hayan tenido, del nivel de madurez que tienen en esa edad, de qué es lo que han vivido y cómo lo han vivido y cómo se ha construido ese yo. Hay que valorar a cada persona por lo que es. Hay gente que lo puede admitir bien y hay otros que no. Pero evidentemente, todas las cosas que salen de la edad... O sea, influencias, el colocarlos en un sitio muy arriba cuando igual en esa edad es difícil a veces asumir ciertas cosas, pues no les ayuda. Al fin y al cabo, los talentos en estas edades son talentos que hay que ir puliendo y que hay que ir encaminando para que vayan teniendo un rendimiento, y a veces el rendimiento no es un tema única y exclusivamente deportivo, va más allá, hay una formación más allá de lo que es el deporte: llamémoslo estudio, relaciones, entorno, no de medios de comunicación, sino del propio entorno que envuelve al jugador; todo eso es lo que al final va a construir a esa persona. Entonces, bueno, está claro que hay veces que no ayuda el hecho de que estén siempre en un primer plano. ¿Cuál es el protagonismo que hay que darles? De alguna manera el entrenador lo que intenta es buscar el protagonismo para el bien del equipo. Porque estamos hablando del bien de un equipo. Entonces hay siempre momentos en los que se puede arriesgar este nivel del equipo para intentar pensar en qué jugadores en un futuro pueden aumentar ese nivel, y hay momentos determinados en los que hay que cerrar, porque ese equipo en lo único que se puede centrar en ese momento es en el resultado y en el objetivo. Entonces ahí hay que buscar solamente a aquellos jugadores que sabes que colectivamente van a poder aportar al equipo y conseguir el objetivo.