Vuelta a España

Jumbo firma la paz y entrega la Vuelta a Kuss

El estadounidense mantiene el rojo, ahora con más distancia sobre Vingegaard, y Evenepeol vuelve a lucirse con un ataque lejano

El ciclista belga Remco Evenepoel se exhibe para ganar en la Cruz de Linares, su tercer triunfo en La Vuelta de 2023. LA VUELTA 14/09/2023
Evenepoel, ganador en La Cruz de LinaresLA VUELTAEuropa Press

Sepp Kuss se siente ganador de la Vuelta. Los ocho segundos de ventaja que mantuvo en la general después de la subida al Angliru fueron suficientes para que dentro de su equipo se firmara una tregua para no discutirle la carrera. El estadounidense demostró ser el más fuerte en una etapa en la que los favoritos no se menearon. La carrera hizo la selección natural para que se quedaran solos los seis primeros de la general en la subida a La Cruz de Linares, un puerto que se estrenaba en la Vuelta y que los ciclistas tenían que afrontar dos veces en el último tramo de la etapa.

Mikel Landa fue el único que se movió hasta los instantes finales. Dos ataques a los que siempre respondió Ayuso para defender su cuarto puesto en la general. Y cuando Ayuso se movió fue Kuss el que salió a por él para demostrar que no lleva el maillot rojo por casualidad. El estadounidense quiso dar continuidad a su ataque, pero recibió un mensaje por el pinganillo en el que Vingegaard pareció avisar de que no iba demasiado bien que le hizo parar.

El danés perdió unos segundos que lo deja ahora a 17 del liderato. En el Jumbo han firmado un armisticio y han decidido entregar la Vuelta a Sepp Kuss.

«Había una táctica antes del Angliru y otra después. Lo que se ha visto hoy es la táctica después del Angliru», reconocía el líder de la carrera. «Hemos buscado asegurar la clasificación general y el liderato y aunque ha habido algunos ataques los hemos controlado bien», aseguraba Vingegaard. «Es bonito poder devolver algo a Kuss después de lo que ha trabajado por nosotros. Lo hemos hecho hoy y esperamos poder devolvérselo el sábado [en la etapa de Guadarrama]», asume el ganador de los dos últimos Tours.

El Jumbo ha elegido ya al ganador de la Vuelta. Dio oportunidades a Roglic y a Vingegaard hasta el Angliru, pero Kuss resistió con esos ocho segundos que le dieron la vida en la montaña asturiana. Y después se defendió también en esa reunión de equipo de la que salió ganador de la Vuelta. «Han sddo días diferentes porque nunca esperaba estar en esta situación. No soy un ganador en el sentido de que tengo que ganar sí o sí. La mayoría de los ganadores tienen sangre fría para ganar, yo de eso no tengo, pero a veces tienes que luchar por lo tuyo y decir cosas duras», reconoce el maillot rojo de la Vuelta.

Los días vestido de rojo le han hecho más fuerte dentro y fuera de la carretera. «Cada día me encuentro mejor, más concentrado, con más confianza», asume. «No quiero sentir el síndrome del impostor, ahora creo más en mí y en conseguir este maillot» , añade. Y ya como líder da las gracias a sus nuevos «gregarios». «Jonas [Vingegaard] hizo un trabajo ideal para mí desde el inicio del puerto y Primoz [Roglic] siempre estaba allí para ayudarme si era necesario», reconoce.

La victoria final estaba entre ellos tres y el equipo ha decidido respetar al líder. Los demás están muy lejos y el único que tenía capacidad para reventar la carrera era Remco Evenepoel, que quedó eliminado para la general subiendo el Aubisque camino del Tourmalet.

El belga volvió a exhibirse con una escapada lejana que le permitió pasar primero por todos los puertos de montaña y asegurarse el maillot de lunares. Se fue solo en la primera subida a la Cruz de Linares, con tiempo para asimilar su victoria y para elegir la celebración. Remco se señalaba la cabeza en un gesto dedicado a su mujer. «Me mandó un mensaje y me dijo que tenía que hacerle un gesto si ganaba. Quería demostrar que mentalmente soy indestructible», explica. Evenepoel es el otro ganador de la Vuelta.