Caso Pistorius

La defensa de Pistorius pide su arresto domiciliario y evitarle la cárcel

Trabajadores sociales llamados a declarar también pidieron que Pistorius no ingrese en la cárcel, al asegurar que las prisiones sudafricanas no están preparadas para acoger a personas discapacitadas. El martes se conocerá la sentencia.

La defensa del atleta sudafricano Oscar Pistorius, declarado culpable de homicidio por matar a tiros a su novia, pidió hoy a la jueza del Tribunal Superior de Pretoria que el deportista sea sentenciado a una pena de arresto domiciliario y trabajos sociales en lugar de ir a prisión.

El abogado de Pistorius, Barry Roux, formuló su petición de pena en el quinto día de vistas para dictaminar la sentencia del velocista, que será decidida por la jueza Thokozile Masipa tras escuchar los argumentos del fiscal.

Tras haber sido declarado culpable del homicidio de la modelo Reeva Steenkamp, el corredor puede ser condenado a un abanico de penas que van desde una sentencia suspendida, que cumpliría en libertad vigilada, a un máximo de 15 años de cárcel, según contempla la ley sudafricana este tipo de delito.

Roux argumentó que el atleta ya ha sido castigado desde que ocurrió el crimen, en febrero de 2013, con la acusación “sin fundamento” de la Fiscalía, que sostenía que Pistorius mató de forma premeditada a Steenkamp.

Además, el letrado explicó que su cliente debe llevar a cuestas toda la vida las consecuencias de quitarle la vida a su novia.

“Nunca será absuelto del dolor”, dijo Roux, quien agregó que, además, Pistorius lleva consigo “el agravante de la culpa”.

La defensa apeló también al concepto africano de “ubuntu” o humanidad dentro de la sociedad, según el cual el atleta debería ser condenado a una pena que evite la venganza y haga justicia a la vez que repercuta en el bien de la comunidad.

Trabajadores sociales llamados a declarar por la defensa esta semana también pidieron que Pistorius no ingrese en la cárcel, al asegurar que las prisiones sudafricanas no están preparadas para acoger a personas discapacitadas como el propio velocista, que tiene las dos piernas amputadas desde que tenía once meses por un problema genético.

Estos expertos sugirieron para Pistorius una pena de arresto domiciliario, combinada con trabajos sociales en beneficio de la sociedad, como hoy ha planteado la propia defensa.

La jueza Thokozile Masipa del Tribunal Superior de Pretoria hará pública el próximo martes, día 21, la sentencia del atleta sudafricano Oscar Pistorius, declarado culpable de homicidio por matar a tiros a su novia, la modelo Reeva Steenkamp.

Masipa dio a conocer la fecha de la sentencia en la última vista sobre la sentencia al corredor, durante la cual el fiscal propuso una pena mínima de 10 años de cárcel y la defensa, una pena de arresto domiciliario que evitaría la cárcel a Pistorius.

La jueza estudiará los argumentos presentados por ambas partes para fijar la pena, que oscilará entre una sentencia suspendida que el condenado cumpla bajo libertad vigilada hasta un máximo de 15 años de cárcel.

Pistorius mató a tiros a Steenkamp a través de la puerta del baño de la habitación que compartían en la casa del corredor en Pretoria, la madrugada del 14 de febrero del año pasado.

La Fiscalía afirma que Pistorius cometió un acto “negligente” la noche del crimen y que disparó “deliberadamente” a su novia, por lo que debe pagar con una “sentencia larga”.

El fiscal, Gerrie Nel, también cree, frente a lo argumentado por la defensa, que las cárceles sudafricanas pueden acoger a personas con discapacidad como Pistorius, que tiene las dos piernas amputadas desde que tenía once meses.

La defensa del corredor mantiene que su cliente no es un peligro para la sociedad y que ya ha sido castigado al estar acusado injustamente de asesinato premeditado.

A la hora de declararle culpable de homicidio, la jueza aceptó la versión del atleta, según la cual disparó al confundir a su novia con un intruso.

Esta decisión evitó a Pistorius, de 27 años, la condena por asesinato, pero la jueza cree que el velocista actuó con negligencia al disparar contra la amenaza percibida en lugar de buscar otras alternativas, como pedir auxilio.