Real Madrid

Marcelo vuelve a tocarla

Cuanto más pase el balón por el brasileño, más posibilidades tiene el Madrid de ganar. Su recuperación está siendo clave en el despertar del equipo de Zidane.

Marcelo, en el entrenamiento de ayer, el último antes del partido de hoy contra el Levante
Marcelo, en el entrenamiento de ayer, el último antes del partido de hoy contra el Levantelarazon

Cuanto más pase el balón por el brasileño, más posibilidades tiene el Madrid de ganar. Su recuperación está siendo clave en el despertar del equipo de Zidane.

En el documental que esta semana estrenó el Real Madrid sobre la Duodécima, se ve como, después de ganar el título, en el vestuario, Marcelo se marcha un momento y vuelve con una maquinilla, preparado para cortar el pelo a Casemiro. Amaga con dejarle una cresta, pero le rapa al cero. Es el mismo Marcelo al que antes se ha visto sentado en el vestuario reflexionando sobre lo que significa el Real Madrid. «El Real Madrid te lleva a cosas que no sabes explicar. Siempre digo que cada mañana agradezco a Dios por vestir esta camiseta», dice antes de tocarse los ojos, como quien quiere evitar que le delaten las lágrimas. En el descanso, en su breve charla a los futbolistas, Zidane se dirige principalmente a Marcelo y a Carvajal, porque considera que ellos son claves para ganar a la Juventus. Les pide que fijen a los extremos rivales, que suban más arriba y que, por tanto, obliguen a los futbolistas italianos a echarse para atrás y defender. Porque para atacar, la mejor arma que tiene el Real Madrid de Zidane es la profundidad que dan los dos laterales.

Sin embargo, esta temporada, contra el Barcelona, en el 0-3 en el Santiago Bernabéu, Marcelo tocó el balón 73 veces; el choque anterior, frente al Celta, lo hizo 67. No hace falta recurrir a la estadística para constatar que el brasileño no pasaba por su mejor momento. Fue en Vigo donde peor se le vio, con una ruleta fallida con la que entregó el balón al rival para que marcara uno de sus tantos. No había un mejor futbolista para resumir la crisis del Madrid. Todo lo que antes era felicidad se había convertido en dudas. Marcelo lleva más de diez años en el club blanco transmitiendo alegría, con sus rizos, con sus originales choques de mano con Ronaldo o con una sonrisa en la cara. Las primeras semanas de enero, su cara era un poema. Un poema triste.

Contra el Dépor, en la gran goleada del conjunto blanco, el lateral zurdo dio 108 toques al balón, más que nadie. Frente al Valencia, en la mejor victoria del equipo de Zidane, el que tiene que ser el punto de inflexión de la temporada, Marcelo tocó la pelota 95 veces. Y contra el Villarreal, un encuentro que inexplicablemente se le escapó al Madrid, lo hizo en 103 ocasiones. Es decir, que si el balón pasa mucho por Marcelo, el conjunto de Zidane tiene más posibilidades de jugar mejor que el rival y de ganarle. El 43 por ciento de los ataques del Madrid llegan por la banda izquierda. Por ahí despega Ronaldo, es la zona de Isco cuando juega y es la que más le gusta a Asensio. Tres delanteros que van apareciendo. Por ahí está siempre Marcelo, que les apoya. Ellos saben que les va a devolver el balón en mejores condiciones que cualquier otra compañero.

Es Marcelo, después de Kroos, quien más centros pone en el área rival. Sus mejores números ocurren en ataque. Es un defensa, pero tras Isco y Modric es quien más regatea. No puede evitarlo: nació para ser feliz y en el fútbol sólo se puede estar alegre cuando uno se va arriba. En Liga, hace tan sólo dos jornadas, Marcelo se lanzaba al ataque, pero los goles llegaban del rival, además por su lado. Marcelo, que se «pelea» con Ramos para poner la música del vestuario y que es el segundo capitán del equipo porque ya es un veterano, ha cambiado el rumbo para cambiar al Madrid ahora que aún está a tiempo.

Zidane: «Esto no ha acabado...»

La eliminación de Copa sólo deja una cosa positiva: el Real Madrid ha tenido toda la semana para entrenarse, lo mismo que la siguiente. «Es un momento para echar gasolina y trabajar», afirmó Zidane, que explicó que su mente y la de su equipo no está centrada sólo en el PSG: «Los jugadores saben que tenemos que recuperar nuestra confianza en los partidos de Liga, pero no pensando en la victoria, sino en lo que hacemos en el campo. Nos equivocamos si pensamos sólo en el partido de Champions», dijo el técnico, y añadió: «Confío en mi plantilla y ellos me lo devuelven con el trabajo en momentos complicados, luchando, dejando ver que esto no ha acabado».