Mundial de Atletismo 2023

Mario García Romo, único español contra Ingebrigtsen en el 1.500

El salmantino defenderá el honor de los milleros españoles frente al ogro noruego en una final sin Katir ni Mechaal

Jakob Ingebrigtsen, junto a García Romo, en la semifinal del 1.500
Jakob Ingebrigtsen, junto a García Romo, en la semifinal del 1.500Agencia AP

Como tantas veces ocurrió durante décadas pasadas, la final de los 1.500 metros masculinos era en este Mundial de Budapest la cita más esperada para la afición española. El excelente nivel del tercero nacional recordaba a los tiempos de Reyes Estévez, Fermín Cacho, Andrés Díaz y consortes, y esa formidable punta de lanza que es Mohamed Katir –que llegó a la capital húngara con el expreso objetivo de mejorar el bronce del año pasado en Eugene– presagiaban lo mejor. Junto al murciano de Alcazarquivir, llegaba esa bestia competitiva que responde por Adel Mechaal y como respaldo al dueto de hispano-marroquíes, Mario García Romo, cuarto en el último Mundial. Para relamerse.

A la hora de la verdad, el joven García Romo –salmantino de 24 años formado en el Universidad de Mississippi– será la única baza española tras la semifinal que dejó fuera a Katir y Mechaal. No pudo ser la única carrera dramática para el mediofondo nacional: en su ronda preliminar, que debía ser una formalidad, el corredor castellano se vio encerrado en el embalaje a ochenta metros de la meta y tuvo que maniobrar con un zigzag casi circense para no caer en la trampa que atrapó, por ejemplo, al subcampeón olímpico en Tokio, el keniano Timothy Cheruiyot.

En su segunda carrera, Mario García Romo se benefició de la limpia que ejecutó Jakob Ingebrigtsen en la última curva, cuando estiró el pelotón para llevarse a los mejores a su estela e impedir el loco esprint de la primera semifinal, que fue una lotería. La gran densidad de la prueba propiciará que esta noche (21:15 horas), deba el vikingo imprimir un ritmo rápido, pues diez de sus once competidores acreditan marcas esta temporada por debajo de 3:32 y el único que no ha bajado esa barrera es, quizá, el más peligroso: el adolescente neerlandés Niels Laros, que con 18 añitos se ha cansado ya de ganar en categorías inferiores y viene a desafiar a los mayores con un registro de 3:32.74 firmado trasanteayer, en la semifinal que dejó fuera a Mo Katir y a Adel Mechaal.

Si Ingebrigtsen no acelera hasta sacar de punto a la concurrencia, corre el riesgo de que le ocurra como el año pasado en Oregón, cuando el británico Jake Wightman le sopló la medalla de oro y Katir se le subió a la chepa discutiéndole la plata. En la jerarquía de 2022, García Romo –que fue cuarto– sería el más peligroso adversario para el noruego. La realidad cronométrica es que forma parte del amplio grupo de aspirantes al podio que se mueve en tiempos de 3:29 y entre los que sería injusto no mencionar al keniano Abel Kipsang y al estadounidense Yared Nuguse. Sin embargo, se trata de una final extremadamente abierta en la que todos los participantes parten con opciones legítimas de podio y, en un rincón de sus cabezas, anida el sueño de sorprender a Ingebrigtsen.

Pleno en los 800 metros

La otra prueba del mediofondo, los 800, deparó ayer su primera ronda, donde el trío de españoles mostró solvencia en el paso a unas semifinales en las que no estará Emmanuel Korir, vigente campeón olímpico y mundial. En su serie corrió el cántabro Mohamed Attaoui, subcampeón de Europa sub’23, que fue quien ocupó la tercera plaza, la última que otorgaba clasificación directa, por delante del laureado mediofondista keniano, cuyo 1:46.78 le impidió aspirar a la repesca por tiempos. El plusmarquista nacional, Saúl Ordóñez, fue el que tuvo más dificultades para superar esta primera criba. El atleta vallisoletano se embarcó en una carrera lenta, es decir, tenía la obligación de quedar entre los tres primeros y ello desató los nervios en la última recta, cuando los africanos Ngeno Kipnetich y Djamel Sedjati impusieron su ley y él salvó la plaza por apenas tres centésimas ante la remontada del estadounidense Isaiah Harris. Adrián Ben fue quien presentó su candidatura al podio, como corresponde a todo un finalista olímpico. El gallego dominó a placer la serie con menos nivel de las siete que se corrieron, con esa maestría táctica que lo define y una sabia administración de los recursos físicos. Mañana jueves se correrán las semifinales.