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Neymar y la mala educación

La Razón
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Detesto una parte del fútbol en general y de Neymar en particular. Es el de las virguerías en campo propio, el de los sombreritos en zona de nadie, el de sobar el balón con el partido ganado, el de sacar de quicio a los rivales con miradas retadoras. Y lo que es peor, hacerlo ante equipos humildes. Eso sí, ganando, nunca perdiendo. Es ahí donde Neymar se crece y saca su lado gamberro. La mala educación. En Leganés asistimos a su última actuación controvertida. Fútbol espectacular, actitud desagradable y despectiva con el rival.

El ejemplo en casa

En el Camp Nou han visto a Ronaldinho, tan talentoso y capaz como Neymar, pero no se le recuerda vacilando al rival derrotado, agotado. Nunca fue increpado por su actitud. Hasta fue aplaudido en el Santiago Bernabéu tras hacerle un destrozo sólo futbolístico al Real Madrid. Neymar aún es un jugador joven y puede modificar su conducta, aprender que es capaz de mostrar su talento en un campo sin molestar al rival o a la afición de turno. Ser admirado por sus goles, sus regates, su habilidad, su infinito talento. Sólo tiene que saber comportarse en un campo de fútbol. Es sencillo, no cuesta tanto. El mejor ejemplo lo tiene al lado y suele referirse a él con la humildad que no demuestra con los demás. Se llama Leo Messi.