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Hípica
El nuevo Cristian Tudela
Ha regresado a España después de formarse en dos templos de la Doma Clásica europea

Tras casi una década de aprendizaje, trabajo y evolución personal en algunas de las cuadras más prestigioas de Europa, Cristian Tudela volvió a España hace poco más de un año. Su historia es la de un apasionado jinete que, tras formarse en la Real Maestranza de Caballería de Ronda y consolidarse bajo la tutela de José Antonio García Mena, dio el salto al corazón de la Doma Clásica europea. Durante ocho años, Cristian trabajó en dos de los templos de la Doma Clásica continental: Helgstrand Dressage y Blue Hors. Además de afinar su técnica y ampliar su visión como jinete, creció a nivel personal en un entorno de máxima exigencia. "Mi experiencia ha sido increíble", confiesa. "Animaría a cualquier jinete joven que quiera aprender y educarse en la equitación más pura a salir de España. Es una experiencia inolvidable, que te forma no sólo como profesional", dice.
Esa vivencia ha sido una etapa de transformación. Y el regreso a España ha supuesto una recarga a nivel emocional. Volver a competir en casa, reencontrarse con amigos y familia, sentir el calor de su entorno más cercano... "Estar aquí me enriquece mucho", reconoce. "Tener a la familia y a los amigos cerca, compartir con ellos este tipo de campeonatos es algo que en el extranjero me costaba mucho. Además, el clima, la comida, el ambiente social… todo eso también se valora", comenta.
En su nueva etapa profesional, Cristian ha encontrado estabilidad en el Club Hípico Las Cadenas, la sede del reciente Campeonato de España de Doma Clásica. Fue allí donde volvió a sentir la emoción de competir ante su gente. "Las Cadenas es un sitio espectacular. Hay muchísimas pistas, todo está fantástico y el ambiente del campeonato ha sido realmente bueno. Me ha sorprendido el nivelazo que hay este año, tanto en jinetes como en caballos. En el Critérium, donde he competido, había 47 caballos, y el Gran Premio ha sido impresionante", comenta. "Ahora mismo mi objetivo es encontrar la estabilidad. Estoy muy contento porque el comienzo ha sido muy bueno, pero ahora toca trabajar para consolidar todo lo que estoy construyendo aquí", afirma.
Desde muy joven en la Maestranza de Ronda y posteriormente en su etapa como jinete de José Antonio García Mena ha asumido los valores de su maestro: rigor, entrega, sensibilidad y una profunda conexión con el caballo. "Al principio mucha gente te dice que esto es muy difícil, que hay muy pocas personas que llegan. Y es cierto, pero creo que con trabajo, siendo serio, constante y educado se puede conseguir. Animo a todos los que aman la equitación a que lo intenten con cabeza. Si os gusta de verdad, id a por ello. Nos hace falta gente con pasión para el futuro de este deporte", asegura.
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